• Dos goles de Joselu en tres minutos le dieron el triunfo y el pase a la final de la Champions League al Real Madrid
México.- Esto es el Real Madrid. Un doblete sobre la hora de Joselu le dio le dio el triunfo a los merengues sobre el Bayern Munich para un marcador de 2-1 (4-3 global), y darle a los blancos un dramático boleto una nueva final de Champions League.
En un duelo que pasará a la historia merengue, Joselu hizo dos goles en tres minutos cuando todo parecía perdido para darle el pase a la final de la máxima competición de clubes europea.
Real Madrid tuvo que sobreponerse a un Neuer que parecía un gigante y a los postes.
La escuadra blanca se verá el próximo 1 de junio en la final de Wembley ante otro equipo alemán: el Borussia Dortmund, considerado el caballo negro de la actual Liga de Campeones al eliminar en París al París Saint-Germain.
La crónica
Un doblete de Joselu en tres minutos mágicos, entre el 88 y el 91, resucitó al Real Madrid de los imposibles con una nueva remontada para la historia, en el premio a un equipo irreductible que levanta cualquier tipo de situación en contra, al borde del k.o tras el gol de Davies, con una reacción bajo el liderazgo de Vinícius y los cambios de Carlo Ancelotti para buscar la decimoquinta en Wembley.
De Rodrygo ante el Manchester City en la última conquista de la ‘Champions’ a Joselu Mato frente al Bayern en otra semifinal para el recuerdo. Nombres para la eternidad del rey de Europa. De un Real Madrid bendecido en la Liga de Campeones, que nunca se da por vencido y con el impulso del Santiago Bernabéu supera cualquier dificultad que se le presenta. Por extrema que sea.
En el templo donde el himno de la Liga de Campeones se canta con tanta potencia como el propio. Cuando el Bayern rozaba la reedición de la final alemana, once años después, ante el Borussia Dortmund, castigando al Real Madrid con su propia medicina. Con Neuer inconmensurable hasta un error que cambió el rumbo y levantó de la lona a un equipo que lo da todo hasta el último segundo para derrotar por primera vez a Tuchel en el Bernabéu.
Un Real Madrid más intenso y determinante que en Múnich aceptó la propuesta que le planteó el técnico alemán, que se parapetó con tres centrales y líneas juntas. Evitó el riesgo que significa dejar correr al equipo de Ancelotti. Entregó el balón y, desde una buena defensa, esperó confiado en la transición. En la visión de Kane y la velocidad de sus extremos pegados a línea de cal. Carvajal, pletórico, frenó a Gnabry. Mendy sufrió a su espalda ante Sané.
Desde su buen posicionamiento buscó un partido largo el Bayern. Exigió al Real Madrid a apelar a una gran versión si quería disputar la final. Consciente de que la pólvora alemana castigaría cualquier error, por pequeño que fuese, en un encuentro entre gigantes que se decidiría por los pequeños detalles que separan el éxito del intento. Ahí aparecen jugadores incansables. Los brasileños Rodrygo y Vinícius enfrentándose a gigantes.
Alejados de las bandas, donde desequilibraron cuando se dejaron caer, para presentar alguna opción de remate. Con el riesgo de ser castigado con su propio sello, como sintió Tchouaméni en una peligrosa pérdida, el Real Madrid fue dando pasos al frente con control. Al ritmo de Kroos. Con Valverde impreciso y Bellingham sin encontrar su sitio para saldar cuentas pendientes con el Bayern.
La dificultad aumentó exponencialmente según se acerco al área rival el equipo blanco. Se topó con un muro alemán sin grietas. Sólo desde la picardía de Carvajal, en un balón que todos se quedaron mirando para ver si salía por línea lateral mientras el banderín del juez de línea ya estaba levantado. El saque rápido del lateral encontró a Vinícius y un latigazo seco que repelió el poste antes de que Rodrygo perdonase el rechace. Vencedor Neuer desde el suelo para salvar al Bayern.
Una de esas acciones claves en un duelo tenso repleto de igualdad, de duelos constantes, intenso, con sabor a final. Dos equipos que se pueden mirar en el espejo para encontrar similitudes. Si Carvajal puso un pase tenso a la zona de gol. En la siguiente acción lo emulaba Gnabry. A la ocasión clara de ‘Vini’ respondió sin necesidad de elaboración alguna Kane. De la nada, de un despeje centrado, enganchó un disparo ante el que voló Lunin para sacar una mano abajo. Firme en un duelo de grandeza sintiendo ya la presión de Courtois en el banquillo.
Se marchó de la batalla antes de tiempo por un problema muscular Gnabry, sin cumplir la predicción de gol de su entrenador, que dobló el lateral izquierdo con el deseado Davies. Sin Musiala en su esplendor, jugado tocado, apareció la figura de un portero eterno que sostuvo el duelo. Sacando uno de esos centros con veneno que si no encuentran rematador se cuelan en la portería rival tras bote por la reacción tardía del arquero.
Si no se llama Neuer. Que se hizo gigante en la segunda parte, cuando todo el partido pasó por Vinícius. Ya en banda izquierda donde desequilibra siempre, donde no se cansa de pedirla y se convierte en futbolista decisivo. Sufrió Kimmich y De Ligt en las ayudas en un partido que se quitaba las ataduras y en el que aparecían los espacios, con el peligro consiguiente para un Real Madrid instalado en campo rival.
Así nació un intercambio de golpes atractivo. A cada acción de velocidad y regate de Vinícius respondió el Bayern con un primer aviso de Davies y un disparo de Kane que sacó Lunin. Le faltó el acierto de otros días al Real Madrid cuando dominó y tomó riesgos. Rodrygo cruzo un remate cercano al poste y se topó con la firmeza de Neuer en una falta bien pegada.
El show de ‘Vini’ no encontraba el premio. Su latigazo tras irse de dos rivales, lo sacaba con manopla firme Neuer. De nueve remates del Real Madrid, ocho eran de sus delanteros brasileños. Faltó acierto y tras un primer aviso de Musiala que habilitó a Davies para la mano de Lunin arriba, llegó el golpe en el tercer intento de un jugador seguido en la casa blanca.
Ya nada pudo hacer Lunin tras el recorte de zurda de Davies y el derechazo cruzado, inalcanzable, a la red. El Real Madrid tenía 21 minutos para reaccionar al golpe y Ancelotti modificó el plan con rapidez. Camavinga y Modric por Tchouaméni y Kroos. Esperando para meter un 9 puro que pedía el partido a gritos. Así llegó un primer tanto que enrabietó al rey de Europa. Anulado desde el VAR por un empujón de Nacho a Kimmich antes de desviar el disparo de Fede Valverde y que Laimer lo metiese en su portería.
Era el todo o nada para el Real Madrid. Volcado en busca del milagro futbolístico. ya con Joselu en el campo para convertirse en héroe del madridismo. Tras ver perdonar la sentencia a otro ‘matador’ como Kane al contragolpe. Tras ver a ‘Vini’ perdonar la suya pero resarciéndose cuando Tuchel ya había hecho dos cambios de los que se arrepentiría -Kane y Musiala-, cuando el disparo del brasileño encontró el mal posicionamiento del cuerpo de Neuer.
El rechace lo devoró el hambre de Joselu. En boca de gol cuando la grada del Bernabéu echaba el resto impulsando a su equipo, para mandar a la red el centro de Rüdiger en un gol anulado en primera instancia y concedido desde el VAR ante la locura colectiva.
Con información de EFE
Foto: EFE