– En esta ocasión, como no había ocurrido hace tiempo, no habrá ningún sobresalto, afirmó el presidente –
Este fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador compartió que, en esta ocasión, como no había ocurrido hace tiempo, la transición de gobierno será “tersa, no habrá ningún sobresalto”.
López Obrador consideró que la estabilidad económica es uno de los factores que contribuyen a este clima. Aunque reconoció errores (que no le corresponde a él mencionarlos, sino a la oposición), su sucesora, Claudia Sheinbaum contará con bases sólidas: “que hay que pagar impuestos, que no se deben de condonar impuestos, eso es irreversible; que no se debe permitir la corrupción, irreversible”.
Referente al tema de la culminación de su mandato, se reivindicó como un hombre racional, pero a la vez místico. “Entrego la banda y me voy. Decirle a la gente: si me quieren, ya, porque voy a iniciar una etapa nueva en mi vida. Lo primero es arrodillarme para agradecer al pueblo y al Creador el tiempo que yo aguante.”
Recordó que en días pasados vinieron a México altos ejecutivos de Citigroup, con quienes no pudo reunirse por motivos de agenda, pero estaban muy interesados en entrevistarse con Sheinbaum y con el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O. Mencionó –conforme a lo que le reportó este último– que “están muy contentos, confiados en la transición, no ven ningún riesgo. Vinieron a reafirmar el compromiso que tienen de seguir invirtiendo en México. Le tienen mucha confianza a nuestro país y ven muy bien la economía”.
Al preguntarle sobre los errores de su gobierno, López Obrador admitió que hubo algunos, pero señalarlos es tarea de sus adversarios, porque “ya sería el colmo que yo también les haga su trabajo”.
Reconoció que todavía falta mucho por hacer porque aun cuando se avanzó mucho, el rezago que heredaron del periodo neoliberal era demasiado, pues era un modelo decadente no sólo en lo económico, sino también en lo político, social y cultural.