– A pesar de la disminución del caudal, el flujo de migrantes no ha cesado. Más de dos mil viven al aire libre o hacinados en tiendas de campaña en condiciones insalubres –
La ribera del río Suchiate, que sirve de frontera natural entre México y Guatemala, es testigo de una crisis humanitaria que se agrava día a día.
A pesar de la disminución del caudal del río en temporada de sequía, el flujo constante de migrantes, en su mayoría venezolanos, no ha cesado, sumando desesperanzados viajeros en búsqueda de un mejor futuro.
Yoibel Salazar y su hijo Adrián, de Venezuela, llevan dos semanas en este sitio y más de un mes en su travesía hacia México. La situación económica precaria en su país fue la fuerza impulsora detrás de su decisión de migrar. Salazar expresa la difícil realidad de su nación: bajos salarios, inflación descontrolada y la lucha diaria por adquirir alimentos básicos.
El hacinamiento de más de 2 mil migrantes a lo largo de la ribera del Suchiate se ha vuelto crítico durante los últimos 2 meses. A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades, desde el Instituto Nacional de Migración hasta el gobierno estatal de Chiapas y el municipio de Suchiate, han mostrado una omisión preocupante.
La falta de atención médica adecuada y servicios sociales para los migrantes, incluyendo niños, es evidente. La Secretaría de Salud y Protección Civil, así como instituciones como DIF y UNICEF, han brillado por su ausencia, generando un riesgo inminente para la salud pública en el área.
Los migrantes, atrapados en condiciones insalubres y sin información oficial sobre su destino o los riesgos que pueden enfrentar en México, se enfrentan a un panorama desolador.
A pesar de los esfuerzos del gobierno para trasladar a algunos migrantes a poblados cercanos, la falta de una política migratoria clara ha aumentado las tensiones sociales en Tapachula, donde los reclamos han aumentado en los últimos cuatro años.
Mientras muchos viajeros son conscientes de los peligros que les esperan en territorio mexicano, especialmente vinculados al crimen organizado, la falta de información oficial y servicios de orientación aumenta la vulnerabilidad de estos migrantes. Algunos incluso son abandonados en áreas despobladas, convirtiéndolos en presas fáciles para cárteles del narcotráfico. (Con información de Los Ángeles Press. Fotos: Cinthya Alvarado)