Es tiempo de mujeres y de continuidad de la 4T

ES TIEMPO DE MUJERES Y DE CONTINUIDAD DE LA 4T

Raúl Eduardo Bonifaz Moedano

En nuestro país, los temas de género han ocupado la atención de los mexicanos de manera creciente. Por fortuna, no se trata de seguir una moda, sino de la exigencia que la realidad nacional hace para que las reflexiones sean más y a mayor profundidad. Sencillamente, los asuntos de género son más complicados hoy, porque los roles de las mujeres y de los hombres han cambiado en el país. La sociedad mexicana ha evolucionado de manera positiva en esos términos y las desigualdades de origen ancestral, por diversas causas, se han reducido substancialmente.

Por supuesto, en nuestra historia tenemos referentes femeninos de muy alto valor y, por fortuna, la lista es larga. Sin embargo, esos referentes son las excepciones en un entorno que, para decir lo menos, ha sido desfavorable. Algunos nombres destacan: Josefa Ortíz de Domínguez, Leona Vicario, Margarita Maza de Juárez, Carmen Serdán y muchas más en el siglo XIX. En el siglo XX y lo que va del XXI las mujeres protagónicas son muchas y esta circunstancia debe ser apreciada en su alto valor histórico. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, el crecimiento del papel de las mujeres no fue por un entorno favorable, sino que se ha dado a pesar de las condiciones adversas. Las mujeres de la República han hecho la tarea y la han hecho muy bien.

Al momento de escribir estas líneas, aun no se ha definido quién se hará cargo de la defensa de la Cuarta Transformación. Esa incertidumbre es un ingrediente esencial para la democracia, porque no hay una práctica democrática en donde los resultados ya se conocen. Lo que importa destacar aquí es que las mujeres pueden llegar a disputar las fases finales en todas las competencias políticas en nuestro país.

Este nuevo escenario para las mujeres, para más de la mitad de los que habitamos el país, se ha consolidado en el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Por principio de cuentas, se ha creado un gabinete presidencial en donde el número de mujeres en los cargos más altos es mayor que el de los hombres. También existe esa tendencia en los congresos estatales y, afortunadamente, se ha hecho una realidad tangible en el Congreso de la Unión.

Esta realidad no es gratuita y se corresponde con el esfuerzo de las mexicanas y los mexicanos preocupados por construir equidades reales entre los géneros. No ha sido fácil ni mucho menos, porque tenemos una historia de desarrollo social y cultural que apunta mucho hacia la inequidad y, lamentablemente, se convierte en un factor de discriminaciones. En esa tesitura, la tarea no ha concluido y es necesario continuarla en los escenarios reales; es decir, allá en donde la marginación es la cobertura y la raíz de los comportamientos que, para decir lo menos, nos llenan de vergüenza. Y, lo que es peor, la discriminación, en todos los sentidos, hacia las mujeres no es solo un ingrediente de los espacios más pobres en el territorio mexicano, sino que también existe en las regiones con mejores condiciones de vida. Visto así, la tarea pendiente es para todos los grupos sociales y no solo al gobierno.

De todas maneras, en esta competencia democrática las mujeres están presentes y hay, en el caso de MORENA, un gran activo de talentos para competir, para ganar y para continuar con el esfuerzo por un México de justicia y bienestar.

Desde el municipio más lejano hasta la máxima autoridad de la Nación. Las mujeres mexicanas están listas y la Cuarta Transformación tiene en ellas un activo invaluable.