Chiapas, la construcción de su futuro

ESTRUCTURAL

Fidel Yamasaki Maza

CHIAPAS, LA CONSTRUCCIÓN DE SU FUTURO

“…la planeación de los Estados Unidos Mexicanos tiene por objeto coordinar y encauzarlas actividades de las distintas dependencias del gobierno para conseguir el desarrollo material y constructivo del país…” Ley de Planeación de 1930

Pascual Ortiz Rubio, Presidente de la República

Tener la posibilidad de hacer realidad las aspiraciones personales o colectivas es un impulso natural y diría que hasta instintivo. Construir el futuro, hacer realidad lo deseado forma parte de nuestra racionalidad cotidiana. La herramienta que hace posible pasar del anhelo al logro satisfactorio es la planeación. En ello radica su atracción y encanto, siempre y cuando se aplique con conocimiento, determinación y perseverancia. Los atributos de la planeación no han escapado del interés del gobierno para cumplir sus fines con la sociedad; estando presente tanto en la administración pública como en la iniciativa privada o empresarial.

Da cuenta la historia de inicios del siglo XX, que al triunfo de la revolución bolchevique (soviética), la carga ideológica para transitar de una sociedad pobre y oprimida a una sociedad emancipada en la justicia social de su proletariado, obligó a una administración eficaz con visión de futuro, encontrando en la planeación, la ruta factible. Esto mediante un gobierno propietario de todos los medios de producción, comprometido a brindar crecientes satisfactores de vida a su población. Los soviéticos se destacaron en las aportaciones técnicas a la planeación gubernamental, las cuales fueron retomadas por los países en vías de desarrollo, en particular, en Latinoamérica.

En México en 1930, se creó la primera ley de planeación y posteriormente el primer plan nacional 1934-1940,   siendo la idea de planear el desarrollo nacional, el acto de formular un plan, sin que éste contara con el marco jurídico, administrativo y técnico para apoyar su instrumentación y adecuada ejecución.

Transcurridos 52 años, en 1982 es cuando se realiza el esfuerzo más consistente para consolidar la planeación como instrumento y método de gobierno, al crearse un marco jurídico constitucional y reglamentario para la planeación, elevándola a rango constitucional (Articulo 26) con la promulgación de una nueva ley de planeación (sustituyendo a la de 1930), la cual contiene las normas para la organización del Sistema Nacional de Planeación Democrática y la formulación del Plan Nacional de Desarrollo con los objetivos y las estrategias para el desarrollo y las bases para su instrumentación.

En lo que se refiere a Chiapas, en 1982 se realizaron esfuerzos para articular el proceso de planeación, programación y presupuestación estatal con el nacional como una medida para combatir los ancestrales rezagos de su estructura productiva y social.  Entre los avances, aparecen la formulación de dos planes de desarrollo: la promulgación de la ley de planeación en 1987 y el impulso al COPLADE para coordinar la inversión pública de los tres niveles de gobierno.

No obstante, el Plan Chiapas  tuvo una expresión programática presupuestaria sólo en su primer año (1983). En los años posteriores la política de gasto público no encontró la fórmula para integrarse a los objetivos trazados por el plan mismo, falla derivada, entre otras cosas, por la concepción temática de su estructura, lo que dificultó su traducción en programas sectoriales, institucionales y regionales.

Chiapas y la construcción de su futuro mediante la planeación de su desarrollo, ahora requiere de un 2º. Piso profundizando su enfoque técnico con la formulación de programas sectoriales de mediano plazo que incorporen la perspectiva regional y las necesidades de la población local.  Estos programas deberán ser la base para la formulación de los programas operativos anuales y de los presupuestos por sector y por programa.  De esta forma, la instrumentación de programas de desarrollo que correspondan a las expectativas de la sociedad, al producir cambios en la economía estará sentando bases para el establecimiento de nuevas relaciones entre Estado, economía y sociedad que permitan a su vez un relajamiento de los conflictos sociales que en una situación de atraso y subdesarrollo ocurren con frecuencia, en este nuestro solar nativo. @Chamulay