Chiapas energético, siempre sustentable

ESTRUCTURAL

Fidel Yamasaki Maza

CHIAPAS ENERGÉTICO, SIEMPRE SUSTENTABLE

“Las presas hidroeléctricas también trajeron conocimientos a los constructores de Chiapas”

 Ingeniero José María López Sánchez 

Una característica de todo chiapaneco es el orgullo de su tierra, más acentuado cuando estamos distante de ella. Y nadie puede negar el destacado patrimonio de los recursos naturales, culturales y humanos de la entidad.

También es común escuchar expresiones de nuestra grandeza chiapaneca, de manera desbordada que llegan al grado de convertirse en leyendas. Una de ellas es la producción de energía hidroeléctrica.

En los años 80 se argumentaba que Chiapas producía la mitad de la energía eléctrica del país, apuntalando el desarrollo urbano e industrial del centro y norte de México, mientras que cientos de poblaciones chiapanecas no contaban con el fluido eléctrico y solamente veían que las torres y líneas de transmisión cruzaban sus territorios. La paradoja de la explotación de recursos naturales que no beneficia a los dueños de estos.

Ciertamente que, en 1980, se aportaba el 49% de energía, pero en la modalidad de hidroelectricidad y la objetiva aportación de Chiapas a la producción nacional era del 20% de la capacidad generativa total del sector eléctrico. Por supuesto que se trataba de un logro relevante que sumado a la explotación petrolera del norte del Estado en esos años y desde una simple lectura de estadísticas de la composición del Producto Interno Bruto, cualquiera señalaría que Chiapas era una poderosa entidad industrial y sin duda lo era, pero de empresas paraestatales. La mayoría de su población, 7 de cada 10 trabajadores, se empleaba en el sector agropecuario y apenas obtenía el sustento familiar.

Chiapas inició, en 1960, su participación en la generación de energía eléctrica, bajo un enfoque sustentable, aportando la electricidad más poderosa, limpia y de menor costo, proveniente del río Grijalva, uno de los más caudalosos del país y con el mayor encadenamiento de efecto cascada con las presas Malpaso (Nezahualcóyotl), La Angostura (Belisario Domínguez), Chicoasén (Manuel Moreno Torres), Peñitas (Ángel Albino Corzo) y actualmente Chicoasén II (Copainalá).

En la actualidad, un tema estratégico del desarrollo económico de cualquier nación es la generación de energía eléctrica, acentuada con el compromiso de la preservación ambiental y combate al cambio climático. Hoy las naciones que avancen con mayor consistencia en la “Transición a Energías Limpias” tendrán mejores expectativas de desarrollo, crecimiento económico, inversiones locales/globales y empleo.

La sustentabilidad o alianza ambiental es el mejor paradigma o tipo de inversiones y de expectativas empresariales, de generación de empleo y producción de bienes y servicios (Tesla dixit). Chiapas tiene vocación sustentable por su dotación de recursos naturales, en sus poderosos ríos, los dos más caudalosos de México (Grijalva y Osumacinta), las horas de luz solar que bañan a todo su territorio para incursionar en la energía fotovoltaica, los permanente vientos de la región Istmo-Costa para centrales eólicas, entre otras.

La energía eléctrica es la fuerza motriz por excelencia en la sociedad del tercer milenio y debe ser generado sobre bases sustentables. Chiapas incursionó mediante la hidroelectricidad y tiene potencialidades competitivas para trascender como el factor de desarrollo económico. Ayer lo fuimos, hoy debemos sentar las bases de un futuro competitivo energético. Está en nuestras manos enfocar de nuevo la sustentabilidad de nuestros recursos naturales para una etapa de prosperidad que anhelamos.

@Chamulay.