Palabras claras
Silvano Bautista
La deslealtad, la traición y desvergüenza son características muy comunes de la clase política en el país y en Chiapas. El priista Aquiles Espinosa García, es una muestra clara y ejemplo de ello. Y si se dice que es priista es porque al menos hasta este fin de semana no existía registro alguno oficial de su renuncia al partido al que le debe mucho.
Acuerpado por el alcalde de Tuxtla, Carlos Morales, y escudado bajo ese falso «verdadero obradorismo», pretende sorprender a muchos morenistas, cosa que difícilmente logrará porque si algo tiene los morenista es un colmillo largo y torcido, aunque muchas veces también se muestran dóciles.
Aquiles Espinosa García, es un priista de cepa, de hueso colorado. Del viejo PRI, corrupto y gandalla que tanto detestan en Morena. Es, o fue, un destacado consejero estatal del PRI. No hay que olvidar que en el 2018 coordino la campaña a la gubernatura de José Antonio Aguilar Bodegas, entonces candidato del PAN y el PRD. En esa misma fecha el PRI llevó como candidato a Roberto Albores Gleason. Morena por su parte llevo al hoy gobernador.
Su paso por la Secretaría de Movilidad y Trasporte ha resultado un verdadero desastre.
El pirataje se ha desatado como nunca en diferentes regiones de la entidad, lo que ha provocado enfrentamientos entre grupos antagónicos de transportista como lo ocurrido en Pichucalco donde se dio un enfrentamiento con resultados de personas fallecidas. Del incremento irregular de las unidad de llamadas mototaxis en prácticamente todo el estado mejor ni hablar. O del solapamiento o encubrimiento a sus funcionarios como es el caso de Patatuchi, delegado metropolitano.
En cierta ocasión declaro en entrevista que su pasión es resolver problemas, pero, si resuelve los problemas como lo hizo con el caso del conejo bus mejor que no resuelva nada. Además, es iracundo y violento y muestra de ello es un video que circula en redes sociales donde una concesionaria del conejo bus le acusa de corrupto. Su respuesta y reacción llegó al paroxismo y por poco la agrede. Si no hubiese sido por la presencia de los medios de comunicación quizás las cosas hubiesen pasado a más.
Recientemente, un importante medio de comunicación con presencia a nivel estatal exhibió un acto de corrupción al haber asignado una concesión de taxi hay una colaboradora suya.
Esto, es tan solo una pequeña muestra de cómo se ha conducido y se conduce Aquiles Espinoza García, quien hoy pretende sorprender al electorado con una falsa máscara de morenista, cuando seguramente no conoce ni los principios más elementales de Morena.
sin embargo, con todo ello, toma el riesgo y se aventura en esta batalla electoral. Seguro estoy que es un político avieso y experimentado y conoce sus alcances y limitaciones políticas y que estos no le dan para lograr siquiera la postulación a la candidatura de Morena. Salvo que sea ingenuo y sea usado como moneda de cambio por el alcalde Carlos Morales Vázquez, luego de que este fuera una víctima mas de la llamada «maldición» del rancho «La Terna».