Secretaría del Bienestar, pero nomás pa’ los cuates

SECRETARÍA DEL BIENESTAR, PERO NOMÁS PA’ LOS CUATES

Alfonso Grajales

Dicen que en Morena todo es unidad y fraternidad… hasta que se cierran las puertas. Porque detrás de los discursos de amor al pueblo, alguien anda bien enchilado. Y no es uno ni dos, son como noventa diputados que ya se cansaron de que Ariadna Montiel, titular de la muy mal llamada Secretaría del Bienestar, los trate como si fueran fierro viejo.

El escándalo empezó en una plenaria a puerta cerrada, pero los audios salieron volando más rápido que un chisme de vecindad. Gritaron, lloraron, patalearon. Que Ariadna es déspota, que no contesta llamadas, que organiza entregas de programas sociales y ni un triste “te invito, manito”. Algunos dijeron que ni Claudia Sheinbaum es tan difícil para atenderlos. Imagínate, ser diputado y que te ignoren como a volante de descuento ¡Qué gacho!

Irma Juan Carlos, diputada por Oaxaca, aventó la bomba: “La corrupción está muy fuerte hasta el último rincón de las comunidades rurales e indígenas”. Tómala. 

Jessica Ramírez, de Veracruz, la llamó “nefasta”. 

Y otro, Juan Carlos Varela, de plano dijo que los tratan como perros de rancho: cuando hay pleito los sueltan y cuando hay fiesta los amarran. 

¡Órale! Hasta la analogía salió más clara que cualquier boletín de la Secretaría.

Y entonces, como buena mamá gallina, Claudia Sheinbaum sale a defender a doña Ariadna: “Es una mujer extraordinaria”. A ver, presidenta: nadie niega que Montiel sea capaz (aunque ya varios lo dudan), pero ¿no se supone que aquí la 4T venía a romper con las viejas mañas, los favoritismos y las redes de poder que no rinden cuentas? 

Porque defender a ciegas huele a lo de antes, pero con nuevo logo.

Y no tardó en asomarse Ricardito Monreal, el eterno mediador. 

Que no es para tanto, que es un “problema de comunicación”, que él se ofrece como puente. 

¡No manches, Ricardo! Eso no es puente, es alfombra. 

Aquí no se necesita paz interna con diplomacia barata, se necesita que alguien diga con huevos si Ariadna se está pasando de lanza o si de plano los diputados solo quieren que los lleven de comparsa a las entregas.

Lo que está claro es que los programas sociales se convirtieron en el nuevo botín político. Y si no eres parte del círculo, ni agua. Porque el “Bienestar” ya parece club privado: muchos lo necesitan, pocos lo reparten, y los que lo controlan no quieren soltar ni un centavo ni una lista.

Así que este chisme no es nomás una pelea de egos. Es una prueba para Sheinbaum. 

¿Va a rifársela con la rendición de cuentas o va a tapar el sol con el dedo? Porque si esto se barre bajo la alfombra, ya no estamos hablando de una “transformación”, sino del mismo teatro de siempre, pero ahora con playera guinda.

Nos leemos pronto. Ah, si ven a Ariadnita, díganle que los diputados siguen esperando su llamada. O mínimo un mensaje por ‘Whats’.

ESPINACAS

Por Popeye

El “bienestar” presume equidad,

pero opera con selecta afinidad.

Si no eres cuate, compadre o invitado…

te dejan fuera… del lado equivocado.

¡Seco el elotazo…!