Nos encajan el 3.5% y todavía dicen que es logro

NOS ENCAJAN EL 3.5% Y TODAVÍA DICEN QUE ES LOGRO

Alfonso Grajales

El Congreso gringo aprobó un impuesto del 3.5% a las remesas que nuestros paisanos mandan con el sudor de su frente —y no es choro, allá sí se suda parejo—. ¿Y qué hace nuestro gobierno? ¡Lo celebra! Como si nos hubieran perdonado la deuda externa.

Porque sí, había una propuesta de que el impuesto fuera del 5%. Pero como lo bajaron al 3.5%, el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, salió a X todo emocionado a tuitear que eran “buenas noticias”. ¡Órale! O sea, te quieren partir tu mandarina en gajos, pero como nomás te la medio magullan, ¿hay que aplaudir?

¡Que no la joda don Tebi!

Se supone que un grupo de senadores mexicanos fue a Washington a convencer a sus pares gringos de que no tocaran el dinero de los migrantes. Pero lo único que lograron fue regresar con el impuesto ya planchado y su cara de “hicimos lo que pudimos”. 

Pues no fue suficiente. La buena relación que presume la presidenta Claudia Sheinbaum se quedó como muchas promesas: bonita en el discurso, inútil en la práctica.

Y sí, el 3.5% suena bajito hasta que haces cuentas: más de 2 mil 300 millones de dólares que ya no llegarán a las casas de las abuelas, los hijos, las esposas, los hermanos que sobreviven por obra y gracia de las remesas. 

Ahora esa lana irá directo a los bolsillos de Trump y su pandilla. Porque claro, ¿quién necesita hacer campaña si puede cobrarle al pueblo de otro país?

El único que pareció entender que esto es una jalada fue Marcelo Ebrard, que preguntó con justa rabia: “¿cuáles buenas noticias?”. 

Porque aquí no hay nada que celebrar. Aquí lo único que hay es una derrota diplomática. Y un gobierno que, en vez de defender a los suyos, se acomoda en la narrativa de que “pudo ser peor”. Pues sí, también podríamos estar invadidos, pero eso no hace de esto un triunfo.

Y luego no saben por qué la gente está hasta la madre. Si ni al que manda dinero para sostener al país desde fuera se le respeta, ¿qué nos espera a los que estamos adentro? ¿También nos van a poner tarifa por respirar?

El impuesto aún debe pasar por el Senado gringo, pero no nos hagamos, ya está encarrilado. 

Y mientras eso ocurre, acá seguimos dando pena, pidiendo trato digno como si fuéramos inquilinos de segunda y no vecinos con historia, frontera y millones de ciudadanos trabajando allá porque aquí no encontraron futuro.

Ya basta de funcionarios que celebran migajas como si fueran conquistas. 

Defender a nuestros migrantes es una obligación. Y si no les alcanza el valor para hacerlo, háganse a un lado y móchense, porque esto no se arregla con tweets, ni con boletines, se arregla con huevos, pero esos, al parecer, también nos los están cobrando con impuesto.

Nos leemos pronto.

ESPINACAS

Por Popeye

Cobran remesas, dicen que poco,

y el gobierno aplaude como loco.

¡Gracias, gringos!, por tan buen trato…

nos sangran… y Moctezuma lo ve grato.

¡Seco el elotazo…!