LOS DESAFÍOS DEL GOBIERNO DE SHEINBAUM
Fernando Hinterholzer Diestel
La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México el pasado 1 de octubre, marca un momento significativo en la política del país, rodeado de retos complejos, su administración inicia en un contexto de crisis económica y de inseguridad galopante, lo que genera tanto expectativas como inquietudes entre la población y los medios no oficiales. Uno de los desafíos más urgentes de esta nueva administración es el estado de las finanzas públicas, se espera que tomen decisiones económicas difíciles para abordar un presupuesto 2025 sumamente acotado, lo que va a incluir recortes o cambios en políticas sociales y un adelgazamiento de la administración pública. A esto se suma la crisis de seguridad, especialmente en estados como Sinaloa, Chiapas, Guerrero y Zacatecas, donde la violencia y la actividad criminal han afectado gravemente el comercio y la vida cotidiana.
La autonomía de la nueva presidenta para implementar su visión será crucial. Si bien hay un fuerte deseo de cambio, su capacidad para manejar estos problemas dependerá de varios factores, incluidos el apoyo de su partido, la colaboración con gobernadores y la reacción de la sociedad civil. El primer año de gobierno será un periodo de observación y ajuste, las decisiones que tome en cuanto a seguridad, economía y políticas sociales serán determinantes para su legado y la percepción pública de su administración. El primer año del nuevo gobierno presenta grandes desafíos, marcado por el legado de la administración anterior. Los problemas estructurales que enfrenta, como la devaluación del peso y la inflación, son obstáculos significativos que amenazan su capacidad para implementar cambios efectivos. Las políticas de su antecesor han dejado huellas profundas en la economía y la estructura institucional del país. La erosión de la autonomía de los organismos y la desaparición del Poder Judicial han generado un clima de incertidumbre que, a su vez, ha afectado la confianza de los inversionistas y la percepción internacional de México, todo ello se traduce en una mayor dificultad para atraer capital y estabilizar la economía.
La reforma judicial, tal como está planteada, es un tema crucial. La elección directa de jueces y magistrados, aunque puede parecer un paso hacia la democratización, también conlleva riesgos de politización del sistema judicial, lo que podría generar más desconfianza en las instituciones. Para Sheinbaum, encontrar un equilibrio entre mantener el legado de su predecesor y establecer su propio enfoque será fundamental, deberá navegar cuidadosamente entre las expectativas de su base, los retos económicos y las demandas de gobernabilidad, todo mientras busca restaurar la credibilidad tanto a nivel nacional como internacional perdida por el anterior gobierno. Su éxito dependerá en gran medida de su capacidad para manejar estos complejos desafíos y proponer soluciones que no solo apunten a la estabilidad inmediata, sino también a un crecimiento sostenible a largo plazo.
“La flamante Presidenta” se encuentra ante un panorama lleno de dilemas complejos que marcarán no solo su administración, sino también el futuro del país. Su capacidad para navegar estos desafíos será clave para definir su legado. Uno de los dilemas más evidentes es la relación con López Obrador. La percepción de ser una “mujer sumisa” puede obstaculizar su autoridad, mientras que una ruptura brusca podría generar tensiones tanto dentro de su partido como en la opinión pública. Necesitará encontrar un equilibrio que le permita ejercer su liderazgo sin romper con su base.
La cuestión económica es crítica. Debe decidir entre impulsar empresas productivas del Estado o continuar alimentando una burocracia que muchos consideran ineficiente. Esto también se extiende a sus políticas educativas y de salud, donde deberá tomar decisiones que realmente beneficien a la población y no perpetúen sistemas ineficaces. En cuanto a la política exterior, regresar a un enfoque serio y constructivo es esencial. La confrontación con socios comerciales podría resultar contraproducente. Asimismo, su postura hacia la oposición y el diálogo será crucial; fomentar un ambiente de cooperación podría ser una señal positiva en un contexto de creciente polarización. La reforma al Poder Judicial es otro punto sumamente delicado. La seguridad es, sin duda, uno de los temas más urgentes. Los ciudadanos esperan cambios visibles en el corto plazo, la manera en que Sheinbaum aborde la seguridad no solo influirá en su credibilidad, sino también en la percepción general de su administración. Es un momento de oportunidades, pero también de grandes riesgos. La clave será cómo gestione estos retos y si puede restaurar la confianza en las instituciones y en el futuro de México.
Claudia Sheinbaum se presenta como un reto considerable, marcado por una desaceleración económica y presiones inflacionarias que complican el panorama. La incertidumbre generada por la reforma judicial ha llevado a muchos inversionistas a pausar sus proyectos, lo que podría frenar el crecimiento económico que tanto necesita el país. Su intención de elaborar un plan que promueva la inversión es esencial para recuperar la confianza de los empresarios, aunque la relación con Estados Unidos y la postura hacia la reforma judicial serán temas delicados. La concentración de poder que Sheinbaum tiene a su disposición puede ser tanto una ventaja como un riesgo. La crítica y el escrutinio serán inevitables, especialmente si las expectativas no se cumplen. La situación de la inseguridad es otro de los grandes desafíos que su administración deberá enfrentar de inmediato. Un diagnóstico realista y acciones efectivas en este ámbito son fundamentales para restaurar la confianza pública. La seguridad es un tema que afecta directamente la vida cotidiana de los ciudadanos y, por ende, influye en el clima de inversión y desarrollo económico.
En resumen, el éxito de Claudia Sheinbaum dependerá de su habilidad para manejar estos desafíos complejos y de su disposición a crear un ambiente en el que la inversión y la seguridad puedan prosperar. Su liderazgo y decisiones estratégicas en estos primeros meses serán cruciales para definir el rumbo de su administración y el futuro de México. Sinaloa se erige como un escenario crucial para Claudia Sheinbaum, un verdadero campo de pruebas para su capacidad de manejar la violencia y restaurar la seguridad en un estado marcado por décadas de conflicto y complicidad. La complejidad de la situación en Sinaloa es palpable, especialmente tras la fractura reciente del Cártel de Sinaloa, que ha desatado una lucha interna peligrosa. Este conflicto, entre las dos facciones del Cartel de los Chapos, no solo representa un reto para la seguridad pública, sino que también pone de relieve la fragilidad del control que el gobierno ejerce sobre el territorio.
La forma en que aborde la crisis de Sinaloa será observada no solo a nivel estatal, sino también nacional e internacional. Sus decisiones y estrategias podrían marcar el rumbo de su gobierno y la percepción pública de su liderazgo. Será vital que el nuevo gobierno ofrezca un diagnóstico honesto de la situación y desarrolle un plan integral que no solo contemple la intervención militar, sino también políticas de desarrollo social y prevención del delito. La violencia en Sinaloa, en última instancia, es un reflejo de problemas más profundos que requieren atención: pobreza, falta de oportunidades y desconfianza en las instituciones. El enfoque que adopte Sheinbaum en este estado podría sentar un precedente para su gestión en todo el país, y su capacidad para generar cambios significativos será fundamental para restaurar la confianza de los ciudadanos en su gobierno y en el Estado de derecho. Lamentablemente, la flamante jefa del Ejecutivo ha dado visos de continuidad y proclamando su apego irrestricto al presidente saliente. Entonces nos preguntamos, acaso seguirá la espantosa violencia que azota al país, que más de la de los municipios del país, continuarán bajo el yugo de los carteles criminales, que no habrá crecimiento de la economía, que seguirá escasez de medicamentos, que los servicios de salud para la población serán como los de Dinamarca y, entre otras tantas desgracias que nos han caído desde el año 2019.
ES CUANTO
ADDENDUM: Mientras, en Chiapas, los enfrentamientos entre cárteles impidieron la instalación de nuevos ayuntamientos en Oxchuc, Pantelhó y Frontera Comalapa. Las autoridades municipales debían tomar posesión, pero la violencia lo impidió en esas demarcaciones. Y el gobierno bien gracias como siempre.