– Es una enorme jaula que un cártel usa para mantener cautivos a migrantes, incluyendo niños y mujeres –
En la frontera entre Chiapas y Guatemala, un terreno abierto se ha convertido en una prisión sin ley conocida como “la gallera”. Diseñada como una enorme jaula techada y enrejada con malla metálica, este lugar se usa para mantener cautivos a migrantes, incluyendo a niños y mujeres, que han sido secuestrados en su tránsito hacia Estados Unidos.
De acuerdo con un reportaje de Milenio, los migrantes son mantenidos en condiciones inhumanas y deben pagar un rescate para ser liberados. El cártel marca a las víctimas con un sello en forma de ancla en el brazo como símbolo de su pago y liberación.
Andrés, un joven migrante venezolano de 18 años, compartió su experiencia: “Nos encierran como si fuéramos animales. Nos amenazan y nos dicen que busquemos la forma de conseguir el dinero. El que no tenga los recursos para pagar el rescate se queda en la gallera cocinando para darle de comer a los niños secuestrados o haciendo trabajo social para el cártel, así se hacen llamar.”
Cada migrante, en su mayoría venezolano, pero también de países como Haití, Centroamérica y Asia, debe pagar 75 dólares o mil 200 pesos por el rescate. Los secuestradores capturan a los migrantes al cruzar a México, y los encierran en esta jaula con malla de alambre.
A los adultos no se les proporciona comida ni agua, mientras que a los niños mayores de cuatro años también se les exige un rescate; son los únicos que reciben alimentación básica: una cucharada de arroz y otra de huevo.
Durante su encierro, Andrés, quien había huido de la crisis política y humanitaria en Venezuela, contó que estuvo junto a su familia en la gallera, donde contabilizó 25 criminales a cargo y cerca de un centenar de personas secuestradas. (Fotos: Milenio, Ariel Ojeda)