Fidel

FIDEL

Manuel Zepeda Ramos

Tenemos los mismos años: es mayor que yo por casi dos meses.

Somos amigos de muchos amigos de la edad, en todo el país. Algunos ya han partido.

No obstante haber vivido por más de 50 años en Xalapa y haber formado una familia de la que me enorgullezco de tener hijas y nietos xalapeños, nunca he trabajado en el gobierno del estado. Siempre lo he hecho para la Universidad Veracruzana a la que quiero y respeto.

Faltando un año para dejar de ser gobernador, me invitó a una reunión con el cuerpo diplomático en la cancillería, el tradicional encuentro en el primer mes del año de todos los diplomáticos mexicanos -embajadores y cónsules-, diseminados por el Mundo, para recibir las instrucciones necesarias del plan a desarrollar durante el año, e intercambio intenso de experiencias. 

Como todos los años, invitaron a tres gobernadores de diferentes partidos para hablar con nuestros paisanos diplomáticos:

El gobernador de Michoacán, del PRD; el de Guanajuato, del PAN y el gobernador de Veracruz, del PRI. La intervención de los tres sería al final de la jornada de ese día. 

Empezó el del PRD, quien desde el principio ya quería terminar para regresarse a su tierra. Las broncas desde ese tiempo ya estaban en la tierra del General Cárdenas en su punto. Le bastaron diez minutos solamente para convivir con los paisanos diplomáticos.

Luego, le tocó el turno al de Guanajuato, quien solo habló de su parque temático de 100 hectáreas, orgullo de su gobierno. Tenía razón. Años después, cuando fui director general de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Chiapas, lo pude constatar -en ese parque temático se llevaron varios de los eventos programados en la Reunión Nacional de Turismo Cultural adonde Chiapas me envió en su representación-, y pude proponer el proyecto de Festival Internacional de Música Sacra en Chiapa de Corzo, la Chiapa de los Indios que Diego de Mazariegos fundara pocos años después de la caída de la Gran Tenochtitlán, justamente en las primeras iglesias construidas por los frailes dominicos. Tuve la satisfacción de ganar el primer lugar, haciendo un festival exitoso en las joyas de la colonia en Chiapa de Corzo. En aquel tiempo, el 18% de los viajes de los turistas de la Tierra, eran por motivos culturales y religiosos. Estando antes en la Universidad Veracruzana, también hicimos el Primer Festival de Música Sacra en Xalapa, durante la Pascua, con el apoyo del gobierno del estado, cuyo gobernador era Fidel Herrera Beltrán. Muy exitoso festival que muchos lo recuerdan.

Tocó el turno al tercer gobernador, el del PRI: Fidel Herrera Beltrán.

¡Habló tres horas con el cuerpo diplomático!

A todos los embajadores y cónsules con quienes alternó -citándolos él, primeramente, al menos más de cincuenta-, los llamó por su nombre y en que parte del Mundo estaban; les fue diciendo, a uno por uno, las tareas que realizaron juntos en sus respectivas carreras en el pasado, sumando datos y cifras de sus dichos. Era la locura y el entusiasmo se palpaba en el ambiente. Nunca había estado en una reunión de estas, pero dudo al día de hoy, que haya habido otra en donde un gobernador de una entidad federativa tomara las cámaras y micrófonos con un discurso coherente, estructurado, evidentemente cierto, que enloqueció al cuerpo diplomático. Conocedores de la importancia cultural de Veracruz, le pidieron grupos artísticos que se los mandó -desde antes de esa reunión ya lo venía haciendo, religiosamente-, con un gran deseo del compromiso cumplido.

A la salida de la reunión, la rueda de prensa fue necesaria e inevitable: Fidel se robó la noticia del otro día y del otro y del otro.

Me gustaría ver en Veracruz los testimonios de estudiantes de posgrado, grupos folklóricos, grupos de música, muchos veracruzanos que Fidel envió al extranjero a representar a nuestro estado y a formarse, como hicieron con él los gobiernos de México cuando fue estudiante.

Conozco a varios, cuando menos a más de cincuenta.

Coincido con Inocencio:

Fidel fue un hombre de Estado.