De Hiroshima a Xalapa

DE HIROSHIMA A XALAPA

Manuel Zepeda Ramos

Volando con sus alas de mariposa que eso son sus brazos cuando sus baquetas acarician las marimbas de concierto, Keiko Kotoku llega a la facultad de música de la Universidad Veracruzana para ofrecer una gran velada musical de la mano de sus alumnos.

Desde los cinco años, empezó su carrera musical, estudiando piano y tambores tradicionales japoneses -taiko-. A los siete empezó con sus estudios de marimba con Michiko Takahashi. A los 15 años ganó la competencia de jóvenes talentos organizado por el gobierno del Japón, siendo la primera marimbista en obtener ese reconocimiento en su país. En el 2000 ganó el concurso nacional de solistas organizado por la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio, tocando el Concertino para Marimba y Aliento bajo la dirección de su compositor, Alfred Reed.

Y ya no paró.

Se graduó de licenciatura en la Universidad Nacional de Bellas Artes ya citada, para irse a Boston a estudiar una especialidad en marimba, en el Boston Conservatory. Después se fue a Suecia para hacer una maestría en Lulea University y otra maestría en Chiapas, en música popular, en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas -UNICACH-, en la que forma maestros en marimba chiapaneca llegados de diversas partes de México y el extranjero. Ahora, acompañada en el concierto en Xalapa titulado: La voz de la Madera, por cuatro de sus alumnos, dos de ellos formados y en formación en la facultad de música de la UV. Keiko Kotoku es doctora en Música por la Tokio Gakungei University.

Keiko Kotoku, marimbista, arreglista y compositora, nació en Hiroshima. Nieta materna de Manabu Tamaura, sobreviviente a la explosión nuclear con que se dio término a la segunda gran conflagración del siglo XX:  La Segunda Guerra Mundial misma que, según el Museo de las Armas de París registra 80 millones de seres humanos desaparecidos entre 1939 y 1945, horror que nunca deberá de repetirse si nos preciamos de ser animales inteligentes; quiero decir que Keiko Kotoku compuso una pieza en recuerdo de cientos de miles de muertos en Hiroshima y Nagasaki por la explosión nuclear y la venturosa sobrevivencia de su abuelo -papá de su mamá-, y el correspondiente nacimiento de esta incansable profesional de la música. Quienes estuvimos presentes en el gran concierto de la facultad de Música de la UV, pudimos constatar que durante el tiempo de ejecución de Asian Dream Song-Jyo Hisaishi, obra escrita por esta talentosa artista japonesa, las lágrimas de tristeza se hicieron presentes, junto a las de alegría por el recuerdo eterno de la sobrevivencia del abuelo…y su arribo en este Mundo. 

Fue un concierto de casi dos horas de duración.

Abrió espectacularmente: sus alumnos, todos con instrumentos de percusión, entraron a la sala por los accesos de los asistentes, haciendo música intensa, espectacular, para la llegada de Keiko que se posicionó de la marimba de concierto para no soltarla en los siguientes 120 minutos. Esta primera pieza se llamó Marimba Espiritual, escrita por Minoru Miki.

Siguieron Sakura, de Keiko Kotoku; Fuga en f menor, de Mendelssohn con la participación de su alumno de maestría, Christian López y zacatecano de origen; La fiesta, de Chick Corea y Gary Burton, pieza de Jazz acompañada por el gran Vibrafonista Alexander Cruz. Aquí quiero hacer un paréntesis:

Alexander Cruz es un gran marimbista chiapaneco. Sin duda, hoy, el mejor de allá. Pero también es un gran vibrafonista, al grado que muchos ya lo empiezan a considerar como el mejor de nuestro país, al día de hoy.

Cuando las grandes temporadas de Jazz organizadas acá en la capital de Veracruz hace algunos años, con la presencia de muchos jazzistas allende la frontera, se recuerda mucho la participación de N´arimbo, ese espléndido grupo chiapaneco que hace jazz de calidad en marimba chiapaneca. Entre sus integrantes venía un jovencito que tocaba espléndidamente. Ese jovencito era Alexánder Cruz quien, en las sesiones de jazz organizadas por las noches en el restaurante Tierra Luna, muchos músicos participantes querían alternar con ese casi niño que tocaba la marimba como los dioses. 

Hoy, a más de una década de distancia, Alexánder Cruz, ahora maestro de música por la UNICACH, alumno de Keiko Kotoku, la acompaña en el vibráfono homenajeando a Chick Corea y Gary Burton: la maestra en su marimba clásica alternando con su alumno al vibráfono. Fue un momento de gran creación musical.

Vino el concierto en homenaje a la gran tragedia de Hiroshima, ya reseñado. Para terminar: Gaku: otra composición de Keiko Kotoku.

Hubo un ancore: arreglos de Keiko para marimba; piezas mexicanas que fueron muy bien recibidas. Bésame Mucho, Cielito Lindo y el Sapo, una pieza folclórica chiapaneca. 

Fue un concierto de gran lujo, sin duda. El escenario estaba lleno de todos los instrumentos de percusión que usted pueda imaginarse. Todos utilizados durante el concierto.

¡Viva la Universidad Veracruzana!

¡Viva Veracruz!