Consumir hongos silvestres puede ser peligroso

– Su venta ha aumentado en los mercados de San Cristóbal, donde una bolsa puede costar cien pesos –

María, de 25 años, es una de las muchas mujeres que venden hongos silvestres en el mercado José Castillo Tielemans de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Ella y otras indígenas recolectan estos hongos en las montañas de la comunidad de Tzajalá, en el municipio de Teopisca. Los hongos, conocidos como “yuyos”, son llevados al mercado en bolsas y cubetas y vendidos por 50 y 100 pesos.

A diferencia de años anteriores, este año no hay lonas en los mercados alertando sobre la posible toxicidad de algunos hongos, que pueden confundirse con los “yuyos” comestibles. En el pasado, los líderes del mercado habían detectado hongos venenosos mezclados con los comestibles y siempre recomendaban consumir estos productos solo si se sabía distinguir entre los venenosos y los seguros.

Las mujeres transportan los hongos en morraletas y cubetas, y los consumidores, que pueden diferenciarlos, son los que confían en su seguridad. Según las vendedoras, la venta de estos hongos ha aumentado y son bien recibidos por los visitantes extranjeros.

A diferencia de las setas, los “yuyos” no se pueden cultivar, y su recolección es una tarea meticulosa que solo se realiza una vez al año, lo que hace que las ganancias de su venta sean limitadas. Un error en la recolección puede poner en riesgo la salud de los consumidores, por lo que la identificación correcta de los hongos es de vital importancia. (Con información de Óscar Gómez. Foto: Óscar Gómez)