Agua: la crisis anunciada

Fernando Hinterholzer Diestel

Qué tienen en común, Monterrey, Chilpancingo, la CDMX, Queretaro y Aguascalientes, entre otras ciudades capitales del país, la escasez de agua que priva en muchos lugares del centro y norte del país, misma que ha sido denunciado en los medios de comunicación escritos y electrónicos. “México se seca y el gobierno recorta el gasto de la Comisión Nacional de Agua” dice el encabezado de un diario de circulación nacional. Hace varios meses, fue en Monterrey quien padeció este problema, ahora es la CDMX y el Estado de México. El problema de la falta de agua, no es nuevo, ya tiene varias décadas y muchos expertos, han expresado su opinión sobre este problema a nivel nacional e internacional.

amentablemente parece el gobierno en sus tres órdenes, no está haciendo nada para resolverlo. Es tiempo de que las autoridades competentes, el sector privado y ciudadanos se pongan de acuerdo y se tomen medidas para resolver la crisis hídrica, de no hacerlo, va a provocar la inviabilidad de la nación, de cara al momento Nearshoring, que vive el país.

Conviene recordar que el año 2023 fue el más caliente en la historia de México, con una temperatura media de 22.7 grados centígrados, de acuerdo a datos el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

urante este 2024, la Conagua informó que 6 entidades del país, presentaban ya sequía, entre ellos, la CDMX, Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, Querétaro y Sinaloa. Destacando la Ciudad de México, que, al ser la tercera ciudad más poblada del mundo, enfrenta desde hace unos años, una crisis hídrica inminente, entre las causas de ello, destacan el crecimiento demográfico, el cambio climático y la contaminación han provocado una disminución de los recursos hídricos disponibles, lo que ha llevado a un aumento del estrés hídrico. Con las presas abastecedoras al 30% de su capacidad y la sobrexplotación de los pozos, el panorama luce francamente complicado para los millones de habitantes de la capital de la republica. A esto se agrega, una infraestructura obsoleta, incapaz de soportar con la alta demanda, que existe.

Se ha pronosticado que durante el mes de marzo habrá “una crisis de mayores dimensiones” de agua en la capital del país por falta de previsión del gobierno federal ante el cambio climático. No lo planearon, no invirtieron, dejaron correr las cosas hasta que el problema estallará, y ello ocurrirá muy pronto. Todos los gobiernos, de cualquier signo ideológico, hacen obras de relumbrón que dan votos. Hoy en día la 4T, ha tirado cientos de miles de millones de pesos en obras, “de escasa o nula utilidad social”, pero no ha invertido en dotar de agua a la capital del país muchas capitales de entidades federativas. No han hecho nada para prevenir lo que va a suceder en materia hídrica en los siguientes meses. Si acaso bombeos y reparaciones momentáneos en algunas fugas. No invierten ni planifican, porque toda esa tarea no lo ve la ciudadanía ni deja votos. Cuando llegue la crisis, en dos meses, seguramente le echarán la culpa a los gobiernos anteriores, y los piperos harán su “agosto”, como sucede en Monterrey, Chilpancingo, Puebla y Querétaro.

Y las causas de origen continúan: los crecimientos desordenados, el gran desperdicio por parte de los consumidores, la falta de infraestructura y una desordenada administración que nunca ofrece de soluciones integrales. Cada crisis de falta de agua, toma a la Conagua y a los organismos locales, desprevenidos, cuando ya se sabe que la falta de agua, es un problema recurrente y previsible, y las autoridades jamás se aplican en diseñar políticas de largo plazo para garantizar la sustentabilidad del recurso. Urge controlar la perforación indiscriminada de pozos y reparar la gran cantidad de fugas en la red hídrica, además de mejorar la captación pluvial. Y la población debe concientizarse sobre el uso responsable del agua.

En diversos foros nacionales e internacionales, se ha mencionado que el agua, si bien es un recurso renovable, “es ya un bien muy escaso”. Con los años, la población del país crece rápidamente, al igual que la economía, por lo mismo, las necesidades del líquido vital aumentan exponencialmente, pero la oferta no, además que se ha reducido como resultado de la contaminación de las fuentes de agua, tanto superficiales como subterráneas. El problema de falta de agua, tiene varias vertientes: ambientales, sociales y económicas. Nadie puede cuestionar la legitimidad del derecho humano al agua, pero cuando se utiliza este discurso, normalmente no se menciona, el costo de llevar el agua al consumidor final y ni se menciona una cultura para el pago de la misma. Ya que al tratarse de un bien que es a la vez un derecho humano, “no se puede negar la disponibilidad del recurso aún si el consumidor final no cubre los costos desde la extracción hasta su uso final”. He ahí el dilema.

Cambiando de tema, la acusación no es grave, es gravísima. El Cártel de Sinaloa “aporto” dos millones de dólares en la campaña presidencial de López Obrador en 2006. A cambio, se habrían comprometido a entregar posiciones clave para los delincuentes (el procurador general de la República) y facilidades en la operación del trasiego de drogas hacia Estados Unidos. La investigación fue realizada por la periodista mexicana Anabel Hernández. Y por Tim Golden, y por un galardonado reportero estadunidense, ganador del premio periodístico más importante del mundo. Y dos décadas después, las cosas cuadran en ese oscuro cado de corrupción criminal Desde el 2019, no hubo en el gobierno de la 4T combate al crimen organizado; se ordenó, el retiro y repliegue en confrontaciones o zonas en disputa de las Fuerzas Armadas; se ordenó liberar después de un operativo militar con inteligencia de la DEA a Ovidio Guzmán. Durante 5 años, hubo muchas señales de deferencia al Cártel de Sinaloa. El ‘trato especial’ documentado públicamente en los dichos de López Obrador, están en el saludo personal a la madre del Chapo Guzmán al interrumpir un recorrido por el estado de Sinaloa, o las diferentes menciones del “Señor Guzmán Loera” —con excesivo respeto y reverencia a un criminal sentenciado.

Aunque la DEA y sus mandos, afirman, después de la noticia, “que no hay evidencias sólidas para demostrar esa entrega de dinero a la campaña presidencial de 2006”, quedan en el aire, muchos cuestionamientos y sospechas. Tal parece que “aquel candidato fallido”, que finalmente ganó en el 2018, les cumplió la promesa. No solo los ha defendido, liberado y otorgado múltiples deferencias, sino en esencia, los ha dejado operar y actuar con absoluta impunidad. Gravísimo el tema. ES CUANTO
ADENDDUM: la frontera sur en Chiapas es una zona de guerra. La disputa entre los dos grandes cárteles criminales y el tráfico de migrantes. Es zona sin ley ni orden, un narco-territorio. Los indígenas de los municipios fronterizos y de la Sierra, están bajo fuego cruzado. Ya no saben de dónde vienen los balazos ni quién es quién. Hay éxodo de comunidades que no pueden vivir en su tierra. Solo pueden acceder a esa zona sin ser molestados, los gobernantes. Rutilio se pasea y declara que no pasa nada en la zona fronteriza, claro el tiene visa VIP. Saquen sus conclusiones.