8 de marzo 

8 DE MARZO 

Fernando Hinterholzer Diestel

En el Día Internacional de las Mujeres conmemorado cada 8 de marzo, se reivindica cada año como el marco ideal para poner el foco sobre las deudas que la sociedad y la política mantienen sobre la equidad de género y la erradicación de las violencias contra las mujeres. Y en México, este 2024 estuvo enmarcado, por la exigencia de la lucha contra violencia hacia las mujeres y por el alarmante incremento en el número de feminicidios. Todavía existen muchos desafíos aun por resolver en el combate a la violencia de género, México enfrenta aun enormes retos en la erradicación de la violencia de género y el feminicidio. Las estadísticas dan cuenta de la cruda realidad donde las mujeres siguen siendo víctimas de violencia en sus múltiples formas, desde el acoso hasta el asesinato por razón de género. Ante este escenario se les exige a las autoridades, acciones concretas, coordinadas y efectivas para proteger la vida y la integridad de las mujeres.

Hay que decir, que la violencia física no es la única lacra que golpea a las mujeres, también lo son la pobreza y la carencia de servicios de salud y educativos. La ONU ha señalado 5 claves para la implementación de políticas de eficaces hacia la equidad y contra la violencia de género: “la asistencia a víctimas, las políticas de erradicación de la pobreza, el financiamiento público con enfoque de género, la promoción de una sociedad del cuidado y el apoyo a activistas de género”. Las desigualdades en las que sobreviven las mujeres en nuestro país están marcadas por factores estructurales que es indispensable modificar. Los datos duros son terroríficos, cada día son asesinadas 10 mujeres por el simple hecho de ser mujeres, “7 de cada 10 han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de sus vidas y 4 de cada 10 son violentadas por su pareja o un familiar cercano”. Y lo más preocupante, es que el 90% de los delitos de violencia de género quedan impunes. Es primordial que la próxima administración federal continue con fuerza y vigor, los trabajos para la prevención y atención de la violencia en contra las mujeres y las niñas, así como en el acompañar a las víctimas. Es importante, que se asegure el acceso a una justicia expedita, sensible y con perspectiva de género, al tiempo de generar los mecanismos necesarios para reducir la impunidad.

Las brechas de género en el ingreso y el nivel de escolaridad también afectan a ciertos segmentos de las mujeres. Tal es el caso de la población de mujeres indígenas, cuyo índice de analfabetismo alcanza el 20% y deben enfrentarse a una triple estigmatización, debido a su género, pobreza y a su condición de indígena. Es prioritario implementar estrategias y políticas públicas que aporten al empoderamiento de todas las mujeres, considerando su diversidad. Resolver las causas estructurales debe que ir más allá del discurso político, requiere de más y mejores políticas que aseguren la igualdad de oportunidades, la integración y la no discriminación de las mujeres, así como de políticas muy precisas y estrictas que disminuyan la violencia en contra de mujeres y niñas. Será tarea prioritaria de la próxima presidenta darle prioridad a esta agenda dada la urgencia de las necesidades de las mujeres, con la trascendencia de ser la primera mujer que logra este cargo en nuestro país. Cada 8 de marzo, miles de mexicanas exigen en todo el país, la protección, la promoción, y el respeto y el pleno del ejercicio de sus derechos humanos. La perspectiva de género es básica para analizar las problemáticas de las mujeres y las niñas en materia de igualdad y vida libre de violencias. Potenciar el empoderamiento de las mujeres y las niñas es un elemento clave del Objetivo número 5 de la Agenda 2030, e “implica no solo el acceso a condiciones de vida dignas, sino que es esencial que las mujeres ocupemos cargos de representación en los procesos de adopción de decisiones políticas, sociales y económicas”. Esto conlleva que el principio de #ParidadEnTodo sea una realidad en todos los cargos de toma de decisiones, en todas las instituciones públicas y privadas, en todos los órdenes de gobierno, en las comunidades y en las familias. El gobierno y toda la sociedad tiene que reconocer “que éste es el tiempo de las mujeres”, después de cientos de años de vivir subyugadas por el patriarcado que dio por hecho la división del mundo entre lo privado y lo público. La llegada del feminismo desde finales del siglo XIX nos ha obligado a analizar y erradicar las desigualdades y las violencias contra las mujeres, nos impulsa dar continuar a “la gran lucha silenciosa para lograr el pleno ejercicio de los derechos humanos de las mujeres”.

En nuestro país, la lucha de las mujeres desde hace ya décadas, ha adquirido una gran fuerza y visibilidad. Durante los últimos años, se han logrado derribar muchos obstáculos que impidieron por décadas el pleno disfrute de sus derechos. Las mujeres han logrado ocupar con “mucha lucha y esfuerzo”.  El pasado viernes, Día Internacional de la Mujer, se hizo patente el reconocimiento del arduo camino de las mujeres para tener sus derechos reconocidos y asegurados. Lamentablemente, durante el gobierno de López Obrador y su 4T, se eliminaron muchos programas de prevención de violencia y protección a mujeres, se invisibilizaron a las mujeres víctimas de feminicidio y se eliminaron presupuestos destinados a las mujeres mexicanas. Con la administración de la 4T, todos los días, se asesinan a más de 10 mujeres en todo el país, y denuncian más de 670 casos por violencia familiar. Si bien aún nos falta mucho por hacer, las mujeres llegaran al poder el próximo 1 de octubre, y con ello esperaremos todas y todos, que mejoren las condiciones de vida de las mujeres. Esta por finalizar uno de las administraciones más misóginas, y machistas de la historia política del país. Uno que elimino las estancias infantiles, que quito subsidios a los refugios para mujeres víctimas de violencia, que elimino los apoyos en el sector salud, y que canceló las escuelas de tiempo completo.

ES CUANTO

ADENDDUM: El portazo a Palacio Nacional hace unos días, representa el símbolo del reclamo de todo México a las promesas incumplidas y mentiras de López Obrador. Su partido, Morena, lucró con la tragedia de los normalistas de Ayotzinapa. El presidente prometió en el 2018 que encontraría a los 43 estudiantes y 5 años después, no ha dado resultados e incluso, los ha revictimizado. El movimiento de los 43 normalistas desaparecidos se ha convertido en un riesgo político y un bumerán para López Obrador. Se comprometió a resolver el caso de llegar a la Presidencia, pero han pasado 10 años y las investigaciones están más enredadas y desorganizadas que nunca. La Verdad Histórica y la alternativa, son implacables: los normalistas fueron asesinados por los Los Ardillos y Los Rojos cuando se trasladaban en camiones cargados con droga. A pesar de esto, los padres fueron inducidos a creer que sus hijos regresarían con vida. Con el asesinato de otro estudiante normalista en un retén de Tixtla, se complica muchísimo, la ya enrarecida gobernabilidad de “los Salgado” en Guerrero, la desaparición de poderes está latente ante cualquier otro acto en contra de los Ayotzinapos.