8 de marzo: las mujeres siguen luchando

8 DE MARZO: LAS MUJERES SIGUEN LUCHANDO

Fernando Hinterholzer Diestel

El pasado miércoles 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, en el que se volvieron a reivindicar los derechos de las mujeres, a ser tratadas y a participar en igualdad de condiciones con los hombres en los ámbitos públicos y privados. Sin embargo, antes de festejar o conmemorar, hay que recordar y reflexionar sobre las terribles estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. “Durante el año 2024, hubo 1,122 feminicidios y 2,808 homicidios dolosos. Un total de 3,930 mujeres asesinadas.  Más de las que se registraron en 2023, cuando hubo 3,728 casos, lo que representó también un promedio de 11 asesinatos por día (10.21).  Pero eso no es todo: paso previo a los feminicidios, la violencia no letal también sigue creciendo de forma alarmante: en 2023 hubo 62 mil 370 casos de mujeres víctimas de lesiones dolosas, 170 mujeres golpeadas severamente cada día, en promedio. En 2023, se registraron 67 mil 318, casi cinco mil mujeres más agredidas, lo que representó un promedio de 184 casos por día, 14 más por jornada que el año previo”. El año 2024 resultó el peor por el aumento de feminicidios, la extorsión y la trata. En México, violentar o asesinar a una mujer, por el simple hecho de ser mujer, es parte de nuestra triste realidad. 

La violencia contra mujeres, adolescentes y niñas es considerada como una de las violaciones de los derechos humanos más expandida, incesante y devastador a nivel nacional e internacional. Ello genera niveles muy altos de impunidad a través del silencio, la afrenta y la vergüenza que soportan las víctimas. Los casos más frecuentes corresponden a la violencia de pareja, la violencia sexual y acoso, el abuso sexual infantil, el matrimonio forzado, el acoso cibernético y la trata de personas, donde hay esclavitud y explotación sexual, entre otras particularidades que requieren, la urgente implementación, de políticas públicas que determinen la prevención y la sanción de estos hechos. En México: cada hora una mujer es asesinada a manos de un familiar cercano y una de cada tres es víctima de alguna forma de violencia.  En nuestro país, “diez mujeres son asesinadas diariamente, dos son violadas cada hora y los servicios de emergencias reciben casi mil llamadas al día por hechos violentos en contra de las mujeres”, de acuerdo a estadísticas de ONU Mujeres. Alzar la voz en el marco del Día Internacional de la Mujer, ya resulta insuficiente porque a cada instante, en cada momento y en cualquier lugar se registran casos de racismos, discriminación, acoso, feminicidio, violencia intrafamiliar, psicológica, sexual, física, verbal y, en fin, pero lo más delicado es que se extiende en todo el mundo.

La violencia contra la mujer ha sido una forma de vida, derivado del terrible “patriarcado” que ha predominado durante muchos años en la cultura familiar mexicana. Hay que reconocer que, a pesar del acceso de las mujeres a la instrucción en todos sus niveles, su integración al mercado laboral, en puestos cada vez más importantes y su pleno ejercicio ciudadano, todo esto no termina por ser reconocido por muchos hombres que, en su incapacidad e imposibilidad de subyugarlas, utilizan la fuerza física y el cobarde ataque. Sin embargo, hoy en día, debido a los cambios culturales en el mundo, ya observamos una nueva generación de mujeres que reconocen, exigen y luchan por sus derechos. Estas mujeres que han tomado las calles, gritando y visibilizándose ante la sociedad entera enseñando que la violencia contra la mujer no es algo “normal”, ni aceptable y por supuesto totalmente condenable. La educación significa una solución de fondo del problema y representa una herramienta real y eficaz para romper los hilos que aún atan las libertades y derechos de las mujeres. Ojalá que este 8 de marzo las mujeres tomen las calles de todas ciudades de México y hagan visibles a las víctimas de la persistente violencia de género en el país, ya que reconocer y mencionar a la violencia, es la mejor forma de resistencia. Durante el pasado 8 de marzo, las mujeres tomaron las calles de todas ciudades de México e hicieron visibles a las víctimas de la persistente violencia de género en el país, ya que reconocer y mencionar a la violencia, es la mejor forma de resistencia. Más allá del feminicidio, las mujeres enfrentan violencia en múltiples formas, ya sea psicológica, emocional, económica o sexual. A esto se suma una de las crisis humanitarias más alarmantes de los últimos años: la desaparición de mujeres y niñas. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, al 4 de marzo de 2025 hay 28,136 mujeres desaparecidas en México, lo que representa el 23% del total. Lo más preocupante es que la mayoría de estas desapariciones ocurrieron en el sexenio anterior, con 12,504 casos, siendo los estados más afectados el Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León y Tabasco.

La violencia feminicida es un grave problema social que requiere un enfoque multidisciplinario y una acción coordinada por parte de la sociedad en su conjunto para prevenir y combatirlo. A continuación, se presentan algunas medidas que pueden ayudar a proteger a las mujeres de la violencia feminicida: Promover la educación en igualdad de género: Es necesario que se fomente la educación en igualdad de género desde temprana edad, para que las niñas y los niños aprendan a respetar y valorar a las mujeres y a los hombres por igual. Sensibilizar a la sociedad sobre la violencia de género: Es importante que se promueva una cultura de respeto y tolerancia cero hacia la violencia de género. Esto implica sensibilizar a la sociedad sobre los efectos negativos que tiene la violencia contra las mujeres y cómo podemos prevenirla. Fortalecer la legislación y su aplicación: Es necesario que se fortalezcan las leyes para proteger a las mujeres de la violencia de género y que se apliquen de manera efectiva Esto implica castigar de manera adecuada a los perpetradores de la violencia y garantizar que las víctimas tengan acceso a la justicia. Garantizar el acceso a los servicios de atención y protección: Las mujeres víctimas de violencia necesitan tener acceso a servicios de atención y protección para poder salir de la situación de riesgo en la que se encuentran. Es necesario que se fortalezcan los servicios de atención y protección existentes y que se garantice su acceso a todas las mujeres. Fomentar la participación de las mujeres en la toma de decisiones: Es importante que se fomente la participación de las mujeres en la toma de decisiones a nivel político, económico y social. Esto implica que se promueva la igualdad de oportunidades para las mujeres y que se respete su derecho a decidir sobre sus propias vidas.

La violencia institucional, la revictimización y cualquier tipo de violencia hacia las mujeres es doloroso, deja una huella profunda. Los sistemas de procuración e impartición de justicia que excluyen y silencian a las víctimas son parte del origen y la causa de la violencia hacia las mujeres, la cual en ocasiones las persigue más allá de la muerte. Basta ver sus cuerpos desnudos y mutilados entre la basura, la soledad y el olvido. ES CUANTO

ADENDDM: Las mujeres en México enfrentan violencia, impunidad y abandono. De 2018 a 2024, el número de mujeres desaparecidas y no localizadas incrementó 202.3%. En México 16 mujeres mueren al día por feminicidio, homicidio doloso y homicidio culposo En enero de este año 54 asesinatos de mujeres en México fueron catalogados como feminicidios (42 de las víctimas fueron mujeres adultas); es decir, hubo un promedio de 1.7 víctimas de este delito por día. Las cuatro entidades más peligrosas para la mujer son: Estado de México, Puebla, Morelos y Tamaulipas. Las entidades donde más mujeres y niñas desaparecen son el Estado de México y la Ciudad de México. En 2024, el Edo Mex reportó 729 mujeres no localizadas, la CDMX, 629. En los primeros 100 días de este gobierno se reportaron mil 259 desapariciones de mujeres, con un incremento especialmente notable entre las adolescentes de entre 10 y 19 años (559 eran menores de edad). Una de cada tres mujeres sufre violencia por parte de su pareja. No es un simple dato, es una tragedia a la que debemos poner fin.