Violencia contra mujer un desafío para Sheinbaum

VIOLENCIA CONTRA MUJER UN DESAFÍO PARA SHEINBAUM

Fernando Hinterholzer Diestel

Actualmente, la violencia en contra de mujeres, adolescentes y niñas se considera como una de las violaciones de los derechos humanos más expandida, continua y devastadora a nivel mundial y regional, con un alto nivel de impunidad, generado en parte, por “el silencio, estigmatización y vergüenza que sufren las víctimas”. Se destacan los delitos por la violencia por una pareja sentimental, la violencia sexual y acoso, el abuso sexual infantil, el matrimonio forzado, el acoso informático y el tráfico de seres humanos, crímenes donde persisten la esclavitud y explotación sexual, entre otras características que requieren, acciones urgentes en materia de políticas públicas que ayuden a la prevención y la sanción de estos hechos.

La violencia contra la mujer y las niñas representa un obstáculo para lograr la igualdad, el desarrollo y la paz, igualmente que el respeto de los derechos humanos. La ONU ha planteado una serie de objetivos, para poner fin a esta violencia de género. Hoy, como en 2024, la violencia de género contra las mujeres no cede. De acuerdo con ONU Mujeres, “una de cada tres en el mundo ha experimentado violencia física o sexual a lo largo de su vida y en México 70% de las mayores de 15 años o más han sufrido al menos un episodio de agresión física, sexual, psicológica, económica o patrimonial”. Las cifras son escándalos, “cada año son asesinadas en México más de 3 mil mujeres, niñas y adolescentes, aunque apenas el 34% de esos crímenes son considerados como feminicidios”, el gobierno federal, oculta las verdaderas cifras, lo mismo pasa con los desaparecidos.

Cada día 13 mujeres son asesinadas en México, lo que nos convierte en el país con más feminicidios en el mundo. Esta horrible barbarie es producto, entre otras cosas, por la impunidad de este delito, que alcanza el 95%. Datos del INEGI, muestran que se ha producido un incremento de los delitos sexuales contra niñas y adolescentes, pero también de feminicidios infantiles, “durante el 2022 se reportaron un total de 59 mil 141 delitos en víctimas que tenían entre 0 y 17 años”. Otra terrible realidad de nuestro país es que es uno de los más peligrosos para la niñez en el mundo. En materia de trabajo infantil, “el Inegi confirma que 3.5 millones de niñas y niños están involucrados en alguna forma de trabajo y al menos 2 millones se encuentran realizando actividades no permitidas”. 

“Comenzando el 2025 hay más de 290 mil niños sujetos a explotación sexual en México (Acapulco, Cancún, Pto. Vallarta). Somos el país número uno y el país que produce más pornografía que se vende en el extranjero”. Según cifras presentadas por la ONG A21, en la Ciudad de México hay más de 15 mil niños en las calles que son obligados a la mendicidad. A nivel global se estima que 12 millones de niños y niñas sufren esclavitud: cerca de 9 millones en matrimonios forzados y 3.3 millones más en trabajos forzosos. De estos últimos, más de la mitad son sometidos a la explotación sexual comercial y poco menos del 40% son explotados en la economía privada. La UNODC estima una derrama económica de 7 mil millones de dólares relacionada con las redes de tráfico a nivel global.

Las escandalosas cifras muestran que cada día 78 menores son víctimas de algún delito en México. “La OCDE indica que ocupamos el primer lugar del mundo en abuso y violencia sexual infantil y adolescente; algunos estudios señalan que, hasta antes de la pandemia, México también tenía el primer lugar global en consumo y el segundo lugar como productor y distribuidor mundial de pornografía infantil”. En materia de protección a nuestra infancia, el país es una verdadera tragedia. De Poco servirán que las autoridades y el Congreso modifiquen las leyes para que los delitos de abuso sexual contra menores, como la pornografía, la corrupción de menores, el turismo sexual, la pederastia y el lenocinio sean imprescriptibles, cuando solamente el 1% de las denuncias presentadas alcanzan una sentencia. Hay que incrementar las campañas educativas y de concientización para prevenir la violencia desde sus causas más profundas, cambiando las actitudes culturales que perpetúan el machismo, deben difundirse con mayor firmeza en 2025, no sólo en medios de comunicación sino a través de un amplio programa implementado en escuelas de educación básica en adelante, en centros de trabajo y dentro de las propias instituciones de impartición de justicia. 

La crisis de violencia contra la mujer no es responsabilidad exclusiva de la presente administración. La violencia contra las mujeres ha venido creciendo exponencialmente durante décadas de indiferencia, negligencia y sistemas judiciales que revictimizan a las mujeres que se atreven a denunciarla. Sin embargo, el gobierno de la Dra. Sheinbaum tiene la obligación moral y política de atenderla con urgencia. “No se trata solo de cumplir con metas estadísticas o publicar informes, sino de salvar vidas y garantizar a las mujeres el derecho a vivir sin miedo”. La sociedad mexicana y las ONG´S también tienen un papel fundamental que desempeñar. Ya no podemos seguir siendo simples espectadores pasivos de esta lastimosa realidad. “El cambio debe comenzar en los hogares, las escuelas y las comunidades. Nuestra indignación deberá convertirse en acción colectiva, en una exigencia unánime de justicia y seguridad para todas las mujeres. Es hora de actuar, antes de que 2025 sea otro testimonio de nuestra pasividad como sociedad. Y en un país donde cada día más mujeres gobiernan es imperativo ver el apoyo de las mujeres para las mujeres.

ES CUANTO

ADDENDUM: “Cada feminicidio es un recordatorio del profundo desprecio hacia la vida de las mujeres, un problema que trasciende lo individual y se incrusta en las estructuras sociales, culturales y gubernamentales. Cuántos informes más, cuántos nombres más, cuántas vidas más se necesitan antes de que se adopten medidas contundentes”.