Fernando Hinterholzer Diestel
Para entender la importancia que tiene Estados Unidos económica y hegemónicamente a nivel mundial, basta mencionar algunas cifras: asegurando que es la mayor economía del mundo no proporciona las dimensiones reales de su poderío. En 2023, el Producto Interno Bruto de Estados Unidos representó 26% del PIB global; como referencia, la segunda mayor economía, China, equivale solamente a dos tercios de ese tamaño, su poderío militar y su riqueza lo han mantenido en la cima, desde el final de la 2ª. Guerra Mundial en 1945. En el contexto mundial, México es el país con mayor dependencia de la economía estadounidense. En 2023, nuestro país representó 16% del intercambio de bienes de Estados Unidos con el mundo, siendo su mercado más grande; esto, a su vez, representó 82% de nuestro comercio exterior, equivalente a 53% del PIB nacional. También son nuestros principales socios en términos de inversiones, ya que en 2023 representaron 38% de toda la IED recibida. Compartimos más de tres mil kilómetros de frontera y en estados unidos viven más de 12 millones de mexicanos, que envían anualmente más de 30 mil millones de dólares en remesas. Pero la sorprendente victoria de Donald Trump el pasado día 5, cambió de un día para otro los escenarios en que se dará el futuro del desarrollo económico y social de nuestro país. El rumbo en el que habrá de darse el futuro de México dependerá en mucho de que sigamos o no la política de negociación con nuestros vecinos del norte. El regreso de Trump al poder implica un cambio drástico en el escenario bilateral, en el que la presidente Sheinbaum deberá asumir una postura “de resistencia diplomática y control de daños”. Los retos son grandes, y su pericia para manejarlos será determinante para la estabilidad de México y para la relación con Estados Unidos
Sin embargo, con la rotunda victoria del republicano Donald Trump, representaran cuatro años de enorme incertidumbre para nuestro país, Se convierte así en el primer convicto en alcanzar la Presidencia del país más poderoso del mundo. Durante la campaña electoral, Trump amenazó con una serie de acciones que afectarían seriamente a nuestro país. Habló de deportar a todos los indocumentados de EU; de los cuales, alrededor de 5 millones son mexicanos. Amenazo con imponer mayores aranceles a las exportaciones mexicanas; de cerrar la frontera; de seguir construyendo el muro fronterizo; y de renegociar totalmente el T-MEC.
La discusión que permea es si “las amenazas” de Trump durante la campaña fueron mera retórica electoral que eliminaran en cuanto tome la presidencia o si va a cumplir sus dichos durante su administración. Una parte central de su propuesta económica tiene que ver con el proteccionismo. La visión de Trump es que otras naciones, como China y México, “se han llevado las fábricas que debían haberse instalado en Estados Unidos, lo que ha generado un enorme déficit comercial”. Trump ganó por una razón, la inflación que al 40 por ciento de los estadounidenses les preocupa y el empleo como los problemas más importantes del país. Los ejes de las amenazas y la hostilidad del presidente electo Donald Trump, con México son básicamente tres, la migración, el comercio y el tráfico de drogas. Alrededor de estos temas ha planteado sus amenazas. Trump ofreció durante su campaña “recuperar los empleos perdidos, contener la oleada de migrantes y lanzar en México una guerra contra los cárteles de la droga “que los borre de la faz de la tierra”. El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca representa una amenaza enorme para México. Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum haya intentado despresurizar el ambiente al llamar a los ciudadanos a “no preocuparse”, la realidad es que en su gabinete sí están “apanicados” de las acciones del político republicano.
El triunfo de Trump y su política proteccionista pueden representar una amenaza para el crecimiento de la economía mexicana, ya que las empresas que quisieran instalarse en México por ser el principal socio comercial de EU, pudieran decidir una estrategia de “espera cautelosa”. Pero no únicamente por la situación de EU, sino primordialmente por la desconfianza e incertidumbre que provocan a empresarios e inversionistas mexicanos y extranjeros la reforma al Poder Judicial y la inminente desaparición de los órganos autónomos en México. Pero lo que debe estar preocupando más al gobierno mexicano es una posible estrategia trumpista para erradicar el tráfico de fentanilo y acotar la capacidad de los carteles criminales que trafican con estupefacientes y migrantes. “Hay versiones de que Trump puede enviar comandos especiales a México para secuestrar o matar capos (caso Zambada), e inclusive se ha habla que Trump propondrá usar misiles en contra de estas organizaciones”. Podría también denominar a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas, con lo que buscaría aumentar la presión a través de otros medios, como sanciones económicas o una mayor militarización de la frontera.
En el ámbito comercial, el escenario no es más esperanzador, el futuro del T-MEC se decidirá en los próximos meses, y existe una gran posibilidad de que Trump trate de forzar una renegociación completa del tratado e incluso de “que retome su postura de preferir acuerdos comerciales bilaterales separados con México y Canadá”, en lugar de mantener el acuerdo trilateral actual. Otra preocupación en el ámbito comercial son sus constantes declaraciones sobre endurecer las reglas de origen para aumentar el contenido norteamericano y prohibir las exportaciones de empresas chinas desde México, particularmente en el sector automotriz, así como las amenazas de imponer aranceles, lo que afectaría a más de 80% de las exportaciones mexicanas. La pésima política en materia de migratoria en ambos lados de la frontera, será materia de una discusión y negociación bilateral, sin embargo, el fracaso mexicano en materia de seguridad es un riesgo latente para la región, pero también para “las ocurrencias de Trump”, que podría igualar al gobierno de Biden con el “caso Zambada”. La construcción de la narrativa norteamericana de “un narcoestado mexicano” y la probabilidad de etiquetar a algunas organizaciones criminales como terroristas debe de estar en el escenario estratégico de la presidente Sheinbaum.
ES CUANTO
ADDENDUM: Chiapas merece paz y honestidad; un gobierno honesto y profesional que dé la cara y ofrezca soluciones a la altura de la realidad que vive la entidad. Como sociedad civil exigimos respuestas y transparencia al gobernador. No permitamos que la opacidad y la inacción sigan afectando tanto a nuestra entidad. Por lo pronto, esperamos la llegada de Eduardo Ramírez al gobierno, quien, ya anunció una nueva estrategia de seguridad. La camioneta abandonada con 11 cuerpos en Guerrero, sumada al hallazgo de otros cinco cuerpos en la frontera de Tabasco y Chiapas, son escalofriantes recordatorios de una realidad que sigue cobrando vidas en distintas regiones de México. Y estos eventos no son aislados. Tan sólo unos días antes, la violencia golpeó nuevamente a Sinaloa con enfrentamientos que dejaron más muertos, y el fantasma de la guerra entre los herederos del Cártel de Sinaloa volvió a tomar las calles. Estas imágenes de horror buscan enviar un mensaje directo tanto al nuevo gobierno federal como a los gobiernos locales: la violencia en México no sólo persiste, sino que, a pesar de los cambios de administración, parece estar en una nueva etapa de escalada. El crimen organizado doblando la apuesta, y la estrategia de seguridad de la presidente Sheimbaum parece no funcionar aun.