Trump prende la mecha en Medio Oriente 

TRUMP PRENDE LA MECHA EN MEDIO ORIENTE

Alfonso Grajales

Donald Trump se aventó la irresponsabilidad –por decir lo menos– de bombardear instalaciones nucleares en Irán. Así, como quien avienta cerillos en una gasolinera, con cara de no pasa nada.

Lo peor es que luego salió en cadena nacional con el pecho erguido, para decir que el ataque fue un “éxito espectacular”. Como si se hubiera ganado un trofeo, no una guerra. 

Según él, “arrasaron” con los sitios nucleares y que Irán debe aceptar la paz… o se atiene a lo que sigue. ¿Paz con amenazas? ¡No me chingues, Donald!

Irán, por supuesto, no se quedó callado. El canciller Abbas Araghchi dijo que lo que hizo Estados Unidos fue una violación a todo: a la ONU, al derecho internacional y hasta al sentido común. 

Y no le falta razón. Si alguien llega a patearte la puerta y luego te dice “relájate, no quiero pleito”, pues claro que vas a brincar.

Pero ahí no para la cosa. Irán ya soltó su carta fuerte: cerrar el Estrecho de Ormuz. ¿Y eso qué? Pues que por ahí pasan 20 millones de barriles de petróleo al día. Cerrar ese paso es como cerrar la llave del mundo. Si lo hacen, nos va a doler hasta el precio del huevo. Literal.

Y claro, el gringo promedio no lo sabe. Pero Trump sí. Por eso mandó a su secretario Marco Rubio a decir que si Irán cierra el estrecho, se están dando un balazo en el pie. Que sería “suicidio económico”. Pero mira qué chistoso: primero los atacan, y luego les dicen que no respondan.

Rubio hasta quiso meter presión a China, como si esta fuera niñera de Irán. Le dijo que debería “animar” a los iraníes a no hacer nada. Que, si se atreven a cerrar el estrecho, Estados Unidos —y otros países, claro— les van a responder con todo. O sea, la receta de siempre: yo pego, tú no respondas… o te pego más.

Y como si faltara gasolina para este incendio, Rusia también salió a tirar leña. Dmitri Medvédev dijo que Trump acaba de empezar otra guerra más, y que con este tipo de éxitos no se va a ganar el Nobel de la Paz.

Israel, por supuesto, salió a aplaudir. Benjamín Netanyahu dijo que fue una decisión “intrépida”. Pues sí, esa es una palabra bonita para decir: “le echaste más leña al infierno”.

De por sí en Gaza, en Siria y en Líbano, la cosa ya estaba mal. ¿Y ahora le sumamos esto? Oriente Medio parece olla exprés y Trump con su protagonismo le arrancó la válvula.

El poeta y ensayista mexicano, Octavio Paz, decía (y con razón): “Con el poder puede hacerse mucho daño y poco bien”. Y esto es justo eso. Daño. Nada más. ¿Quién gana con esta guerra? Nadie. ¿Quién pierde? Todos. Los de allá, los de acá, tú, yo… hasta el que no ve noticias.

Porque si cierran el Estrecho de Ormuz, el petróleo sube, el gas sube, todo se encarece. Y no van a venir a pagarnos la diferencia. Allá se echan bombas, y acá se nos van los sueldos en llenar el tanque del coche.

Esto no es una pelea de vecindad. Es un desastre. Y si nadie le pone freno, se va a salir de control. Porque con Irán no se juega. Y menos cuando llevan años aguantando, bloqueados, presionados y con el dedo en el gatillo.

Lo que hizo el irresponsable de Donald Trump fue abrir una caja de pandora. Pero en vez de esperanza al final, dejó un mensaje amenazante.

Y aunque muchos analistas desestiman que esto escale hasta convertirse en una tercera guerra mundial, bien sabido es que el fanatismo en aquella región está cañón, y por menos de lo que Estados Unidos acaba de hacer contra Irán, ya ha habido locos dispuestos a forrarse de explosivos y hacer volar edificios o cualquier lugar con multitudes.

Así que sí, da miedo. Da coraje. Da impotencia. Y más cuando el mundo entero parece quedarse callado. Todos viendo, nadie haciendo. Como si esto fuera una serie y no la vida real.

Nos leemos pronto.

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