SEGURIDAD MODO TRUMP
Fernando Hinterholzer Diestel
Desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y amenazó con un arancel de 25% a todos los productos mexicanos, el régimen de la presidenta Sheinbaum ha dado un giro de 360 grados en lo que tiene que ver con seguridad, la migración y el comercio con China, bien dice el refrán popular que “el miedo no anda en burro”. A pesar de sus bravatas ideológicas, la presidenta ha enviado a Trump todas las señales de que México, está haciendo su tarea, en esos temas que les preocupan a los norteamericanos. Dimos cuenta la semana pasada, que en materia de seguridad, el Gobierno Mexicano comienza a actuar de manera decidida, a pesar de las omisiones del pasado “obradorista” y de los desafíos actuales. Efectivamente, ya percibe una nueva estrategia de seguridad que no tiene nada que ver, a la que se implementó el sexenio anterior. Hay que reconocer, que la nueva estrategia de seguridad del gobierno tiene elementos que la anterior administración de la 4T jamás utilizo, hay investigación, hay inteligencia, y sobre todo, se tiene la decisión de combatir frontalmente al crimen organizado, no de simplemente contenerlo.
Y por supuesto, que este cambio de estrategia, que tanto urgía al país, no hubiera ocurrido, si el presidente electo de EU, no hubiera enviado las amenazas de los aranceles y la invasión suave para combatir a los carteles criminales, ni de sacar a México del T-MEC. Lamentablemente, Trump tiene el control de todo, ya que tiene muchos elementos a su favor para “doblarnos”, cuando asuma la presidencia en enero de 2025. La actuación del gobierno mexicano, ha sido más bien reactiva, en lugar de ser proactiva. El semana pasada, la Secretaria de Marina incautó más de una tonelada de fentanilo en Sinaloa, dicho decomiso representa un registro histórico para México y para Estados Unidos, con valor de 8 mil millones de pesos. Fue un golpe contra las finanzas del cartel criminal de Sinaloa. En ese marco, la Dra. Sheinbaum anunció que “el súper secretario” Omar García Harfuch, estaría de tiempo completo en Sinaloa para pacificarlo y para detener la producción de fentanilo, una de las principales exigencias del gobierno estadounidense
Hay que recordar que en el gobierno anterior, en varias ocasiones, el expresidente negó que en México se produjera fentanilo, “sino que sólo se maquilaba, la droga con insumos provenientes de Asia”. Incluso llegó a afirmar que “México no era el principal país que introducía esta droga a EU”, señalando que, por vía directa, llegaba la droga a Canadá y a EU. Sin embargo, durante el último año de su gobierno, tras el control de las aduanas por parte del Ejército Mexicano, se han decomisado varios cargamentos de fentanilo. Hoy, la realidad contradice de manera contundente a AMLO. En México sí se produce fentanilo, y existen claras evidencias de ello: el mayor decomiso registrado en el país fue realizado por las Fuerzas Armadas en Sinaloa. Se incautaron más de mil 600 kilos de la droga, equivalentes, a más de 20 millones de dosis. Con lo cual quedo demostrado que “los abrazos y no balazos”, fue una autentica protección del régimen a los carteles de Sinaloa y del Mayo Zambada, con todo lo que esto implique. La magnitud de este decomiso obliga a formularse la pregunta, de si existía información que el gobierno anterior no reveló. Sin embargo, el cambio del discurso sobre el fentanilo está claramente influida por las intimidaciones de Trumpy sus continuas amenazas de imponer altos aranceles, de excluir a México del T-MEC, e incluso intervenir militarmente en el país para desarticular a los cárteles. La evidencia acumulada apunta a una evolución preocupante: México ha pasado de ser un territorio de tránsito a un centro de producción de fentanilo a gran escala. Lo afirmado por el embajador norteamericano Ken Salazar de que “el gobierno anterior no permitió la colaboración en el combate a la delincuencia”, parece una señal de que la próxima administración trumpiana endurecerá la política exterior hacia México. Las declaraciones del embajador Ken Salazar de que el gobierno anterior no permitió la colaboración en el combate a la delincuencia, además de ser un reproche tardío parecía una advertencia de que la próxima administración republicana endurecerá la política exterior hacia México y así será. Mientras que Donald Trump ya tiene definida su estrategia para imponer su voluntad contra México, para detener la migración y el tráfico de fentanilo, así como imponer un nuevo tratado comercial en donde se beneficien los productos y empresas norteamericanas, la Dra. Sheinbaumva muy lenta, en lugar de tener una posición proactiva mediante el uso de la diplomacia y al mismo tiempo utilizar posturas firmes y argumentos convincentes para así disminuir la fuerza del impacto caerá a partir del 20 de enero del 2025. Es un hecho que para México ya comenzaron empezó las negociaciones con los grandes temas de la agenda bilateral: migración, seguridad, fentanilo, la relación con China y la negociación del T-MEC. Hay que subrayar que todos estos temas de la agenda, no son asuntos aislados entre los tres países, sino todo lo contrario, están profundamente entrelazados.
La presidenta Sheinbaum ha empezado a pacificar al país, con la nueva estrategia que utiliza elementos, que no se habían utilizado en el pasado. Ello incluye, la recopilación de datos, investigación e inteligencia para llevar a cabo el inicio del gran operativo “Enjambre” fue de varios meses. Uno de los factores detonantes para empezar a desarticular la compleja red de vínculos de los grupos delincuenciales fue sin duda la presión externa que se acentuó con la victoria de Donald Trump que llegará a la Casa Blanca el próximo 20 de enero. Como sea, Trump todavía no empieza, pero ya empezó e irónicamente nos ayudó a que, por fin, después de 6 años a que se combata al crimen organizado.
ES CUANTO
ADDENDUM: la herencia maldita de la presidente Sheinbaum por parte de YSQ, fue de 201 mil muertos, un endeudamiento de 6 por ciento del PIB, un gasto social que no se sostiene con ningún ingreso, la debacle de Pemex que nadie detiene y las obras faraónicas que serán la ruina de las finanzas públicas. Un tren que no camina ni es rentable, una refinería que se inunda y no produce nada, y un aeropuerto tan bonito como ineficiente. Y la desgracia farmacéutica, el desabasto absoluto, el estrangulamiento presupuestal de todo (cultura, educación, salud, aduanas. Vaya reto que tiene, la realidad del día a día, la caída de la inversión, la incapacidad frente a Canadá y Estados Unidos que nos dan una patada cada semana, mientras que aquí con misivas con cartas y con el Himno Nacional.