Rodolfo García: mi relación con Felipe Aguirre

RODOLFO GARCÍA: MI RELACIÓN CON FELIPE AGUIRRE 

Carlos Hiram Culebro Sosa

Monseñor Felipe Aguirre Franco llegó a Chiapas en 1972 procedente del estado de Jalisco. Lo conocí al año siguiente, sería en la primavera de 1973 justo cuando celebrábamos el surgimiento de una nueva estación de radio, la XETG, cuyo propietario era don Amín Simán Habid y yo el gerente operativo de la incipiente emisora. Ahí Monseñor Felipe comenzó a difundir su mensaje a las familias chiapanecas, no sin antes advertirle que no hablaría tanto de Dios, pero sí un mensaje alentador a los radioescuchas. Él se negó a tal recomendación pues su mensaje era propagar la palabra de Dios. Monseñor siempre tuvo mi apoyo y nos hicimos grandes amigos, su carisma y nobleza cautivaban al hablar.

Monseñor llegó como sacerdote a la Diócesis de Tuxtla, donde el Obispo era Monseñor José Trinidad Sepúlveda y donde más tarde se le identificaría como el Obispo Auxiliar más joven de una diócesis,  más adelante el Vaticano lo nombró Obispo de la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez; pero su tarea no fue fácil, porque tanto Monseñor Sepúlveda como Aguirre Franco tuvieron que acceder a las decisiones del gobierno, en ese entonces el de Juan Sabines Gutiérrez, que echó abajo las Torres de Catedral de enorme valor histórico, convirtiendo a la catedral de San Marcos en una catedral muy moderna, en una catedral estilo Californiana. Yo como reportero y director de noticias de Reporteros en Acción, critiqué y mostré mi consternación por lo que consideré una inoportuna intromisión del gobierno en asuntos que lastimaban la idiosincrasia religiosa de los chiapanecos. Pero eran tiempos de “el ciclón del sureste”, como le llamaban a Sabines por sus decisiones transformadoras. Sin embargo, las cosas no pasaron a más. 

Como reportero me di cuenta de los problemas que debió enfrentar Monseñor Felipe Aguirre Franco y su Obispado, como el que se suscitó con el padre Mora Panduro (qepd), y que culminó con su inhabilitación como sacerdote.

De Monseñor Felipe Aguirre Franco guardo gratos recuerdos, por eso me causó enorme emoción que hoy a sus 91 años, oficiara la misa de adviento en la Iglesia del Convento del Buen Pastor, a la que asistí con mi esposa Elizabeth Esteban y después convivimos ahí mismo en un anexo del convento y compartimos el pan y la sal.

A Monseñor Felipe Aguirre Franco le guardo enorme respeto, admiración y agradecimiento por aquel día en que tanto el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal Tatik Samuel Ruíz García (qepd) y Monseñor Felipe, acudieran a darme la extrema unción durante mi internamiento en la clínica del IMSS del 5 de mayo, cuando un Linfoma Not Hopkin amenazaba con quitarme la vida.

Para mí, es un honor y un privilegio contar con la amistad de Monseñor Felipe Aguirre Franco, que valoro y guardo en mi corazón.