– Muchos beneficiarios utilizan los recursos para adquirir bienes como motocicletas o pagar a “coyotes” para migrar a Estados Unidos, en lugar de destinarlos a la tierra –
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, Chiapas fue uno de los estados más favorecidos por el programa “Sembrando Vida”, que otorga apoyos económicos a campesinos para fomentar la reforestación y producción agrícola. No obstante, tanto investigadores como organizaciones civiles consideran que el programa enfrenta serios retos que limitan su impacto en las comunidades vulnerables.
De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), “Sembrando Vida” forma parte de una estrategia que se remonta a los años noventa, pero actualmente exhibe problemas significativos de implementación.
Palenque, uno de los municipios con más beneficiarios del programa (con más de 17,500 personas), muestra un crecimiento en la pobreza del 86.5 % en 2015 al 92.5 % en 2020, lo que pone en duda la efectividad del apoyo.
Según Coneval, Chiapas registró más de 81,000 beneficiarios en 2024, el mayor padrón entre los 26 estados que reciben el programa. Cada productor obtiene 6,250 pesos mensuales por trabajar 2.5 hectáreas, aunque algunos comuneros han denunciado prácticas irregulares en el proceso, como el aprovechamiento de técnicos para obtener beneficios personales, y la siembra de árboles que no son aptos para la región.
El profesor Antonino García García, de la Universidad Autónoma de Chapingo, documentó en Ocosingo que muchos beneficiarios utilizaron los recursos para adquirir bienes como motocicletas o pagar a “coyotes” para migrar a Estados Unidos, en lugar de destinarlos a la tierra. Según García, el programa es una estrategia para evitar el descontento social y reducir el riesgo de apoyos a movimientos como el zapatismo.
A pesar de que el gobierno anunció la siembra de 260 millones de árboles en 200 mil hectáreas, datos recientes muestran que sólo el 10 % de los árboles plantados en ciertas zonas sobreviven, pues la supervisión de técnicos no llega a áreas apartadas, lo que permite a beneficiarios incumplir los objetivos del programa.
El Frayba plantea que “Sembrando Vida” podría tener un trasfondo de control territorial, organizando comunidades bajo la supervisión de técnicos y actividades que no reflejan las necesidades locales, lo cual suscita cuestionamientos sobre su efectividad real. (Con información de La Silla Rota. Foto: El Ceo)