HISTORIAS DEL PODER
Armando Cortés Rueda
NACÍ, CRECÍ Y MORIRÉ PRIISTA
Tengo pocos amigos que han militado en dos o más partidos, muchos conocidos que llevan más de tres partidos.
Yo milito desde los 6 años en el PRI. Así se llamó mi primera escuela nocturna de trabajadores en Tapachula. Acabo de cumplir 68. Sin ambiciones, con una forma honesta de vivir.
Mis convicciones han madurado. Ambiciones no tengo. Varios amigos que fueron priístas me invitaron a ser diputado federal pluri, alguno hasta senador. Fui regidor por Tuxtla, a pesar de la furia de Sabines.
Sigo en el PRI, a pesar de Alito, del etéreo Rubén Zuarth y otros escondrijos de ambiciones.
Aquiles Espinosa es muy amigo mío como alguna vez lo fueron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel y otros trovadores de corridos fuertes en pieles ajenas.
Hicimos muchos años política con Aquiles, juntos enfrentamos los manipuleos de Pablo Salazar y luego de Juan Sabines para apoderarse del PRI. Jalaron e impusieron líderes y candidatos. Ganadores y perdedores.
Es mi amigo Aquiles un liderazgo consolidado, con los pies en la tierra. Viene de abajo, aunque ciertamente “no es lo mismo ser hijo de ejidatario, que de pequeño propietario ganadero”.
Hicimos juntos el Grupo por la Dignidad y el Desarrollo Político de Chiapas. Juntos intentamos llegar a dirigir el CDE del PRI. Vino Manuel y siguió destruyendo al PRI, cooptando sus liderazgos más ambiciosos.
El único voto en contra que mi hoy amigo Manuel Velasco tuvo en la sesión del consejo político estatal que lo hizo candidato del PRI-Verde, fue el mío y razonado en tribuna tras entregar la propuesta de plan de desarrollo que coordine como líder estatal de la Fundación Luis Donaldo Colosio, AC.
Que Aquiles decidiera ser candidato a la presidencia municipal por Morena, lo entiendo: lo más del priismo auténtico y de valía hace años se fue del PRI. Raúl Bonifaz es otro caso, distinto temple al de Aquiles y no se diga al mío. Pero lo aprecio.
Los más de los liderazgos priistas se fueron entre el gobierno de Pablo, los más con Juan Sabines (haciendo perder al Josean) y lo que quedaba se lo llevó Manuel con el cuento de “somos lo mismo”.
Otros (pocos) estamos fuera y ya no luchamos por estar adentro. Solo observamos las ambiciones, los engaños y traiciones de los “nuevos líderes”: Roberto Albores ya es del PT… Pero sigue metido en el PRI. En fin.
Yo nunca renunciaré al partido donde he militado 61 años. Entiendo y apoyo la intención política de Aquiles que transigió con la corriente política donde nació y que toda está ya en Morena mucho antes que él.
Cuenta con mi aprecio y el de mi familia. Mis hijos.
Pero yo nací, crecí y moriré priista, como lo fueron Andrés, Porfis, Efigenia, Temo y muchos más que tejieron la crónica negra del partido que construyó la 12 economía mundial y el TLC que aún sostiene la funcionalidad de la economía y la movilidad social de mi amado México.
¡Es cuánto!