México; futuro incierto

Í N D I C E

Ruperto Portela Alvarado

LO QUE QUEDA DEL PAÍS

Bien a bien, no entiendo de donde salen las encuestas que dan al presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR una popularidad al alza con 66% de aceptación de su persona y gobierno. Si eso fuera cierto, estaríamos ante el “Síndrome de Estocolmo”, donde los secuestrados adoran a su secuestrador.

Y lo peor es que estos especímenes de la “cuarta transformación”, tienen mayoría en el Congreso de la Unión (cámaras de Diputados y Senadores) para cometer el homicidio a la Constitución que de antemano nunca han respetado, porque el “Patrón” pone e impone sus caprichos y ocurrencias. Además, juegan a la democracia con unos foros para “discutir” la Reforma al Poder Judicial de la Federación, “donde hay legisladoras y legisladores que están dispuesto a escuchar, pero jamás desobedecer la orden del capataz”.

Ejemplos de desorden, irresponsabilidad y sentido de la destrucción de este presidente de “cuarta transformación” que se cree BENITO JUÁREZ, FRANCISCO I. MADERO y LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO, son infinitas, desde su primera acción de suspender la obra de lo que iba a ser el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en la comunidad de Texcoco que ahora se sigue pagando por indemnización a los constructores con más de 350 mil millones de pesos de un aeropuerto que no vamos a tener nunca.

Y así han sido todas las ocurrencia y capricho de “YSQ”, que perdió el tiempo en pleitos, ofensas y mentiras; se le fue el sexenio de las manos y fracasó en la oportunidad de lo que tanto anhela: “ser el mejor presidente de México, porque este gobierno es un inútil y fallido”. Prometió terminar con la corrupción y la alentó hasta corromper a las Fuerzas Armadas.

Ya el número de asesinatos dolosos en México sobrepasan los 191 mil muertos que califica a este sexenio como el más violento y sangriento en la historia del país. Una república en la que se le dio permiso a la delincuencia organizada para delinquir en todas las formas posibles: secuestros, extorsión, cobro de piso y mantener “la soberanía negativa” (control, dicen otros) de casi un 85 por ciento de la nación.

Aparte de una mayoría legislativa que nos amenaza con aprobar a ojos cerrados y la mente obnubilada por el pedazo de poder que les ha otorgado el voto popular, cualquier iniciativa que mande el “Capataz del Rancho” aun cuando viole la Constitución, destruya las instituciones y deje una herencia maldita a su sucesora con cientos de cárteles de la droga y la delincuencia organizada que en este gobierno se han multiplicado de todos los tamaños.

Es un secreto a voces y a ojos de buen cubero se ve la posición de la virtual presidenta electa, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO frente a su mentor: “una rehén de la maldad y la ambición del poder de LÓPEZ OBRADOR”. Es una situación complicada para la Señora SHEINBAUM quien no puede con el poder y la popularidad del todavía presidente. Además, ya ha manifestado que “nunca jamás voy a pintar la raya con el presidente LÓPEZ OBRADOR”, porque, la “cuarta transformación sigue; continuidad con cambio”. Un segundo piso de la transformación, ha dicho.

Por eso el futuro de México es incierto, aunque nos quieran convencer de otra cosa con sus narrativas; porque son muy buenos para mentir, inventar y negar lo obvio que convence a sus seguidores, feligreses y chairos. Pero tienen el poder y van con todo para seguir destruyendo al país y las instituciones. Están en la mira inmediata el Poder Judicial de la Federación, y están en la fila para cambiar o desaparecer el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), “porque al Virrey de México, no le gustan los contrapesos”.

Estamos viviendo los peores momentos de la historia política e institucional del país; la Nación que pocos entienden lo que está sucediendo y votan por quien los tiene secuestrados. No se dan cuenta que México es un territorio ensangrentado por la violencia, la pobreza al 54 por ciento; el poder de la delincuencia organizada que controla más del 85% de la República y los abusos del poder que no cesan, como tampoco la corrupción y la imposición del desastre nacional.

Ya veremos lo que reciba la próxima presidenta de México en términos económicos, inseguridad, atracción de inversionistas y tranquilidad para todos los mexicanos. Y en el recuento de daños, sólo dejarán la herencia maldita y lo que quede de este grandioso país, con un futuro incierto…

Se acabó el mecate… Y ES TODO…