Los comicios y la economía

LOS COMICIOS Y LA ECONOMÍA

Fernando Hinterholzer Diestel

Con la arrolladora victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones federales del pasado 2 de junio, pareciera que ya no existen los contrapesos para poder construir “el segundo piso de la 4T”. La Constitución no será ya un problema, porque con la super mayoría legislativa que tendrá Morena y sus aliados en el Congreso, podrán realizar los cambios que tanto anhela el presidente López Obrador, las 20 reformas pendientes en el poder legislativo. En términos políticos, el poder casi ilimitado que la señora Sheinbaum obtuvo con los 35 millones de votos, tiene un claro mandato por parte de la ciudadanía, la cual le dio el “todo el poder” para llevar a cabo todos los proyectos que considere adecuados “para el bien de nuestro país”. Sin embargo, la presidenta electa enfrenta desde el primer día de su triunfo, uno de los dilemas más complejos de su carrera política: definir su propio liderazgo y estilo de gobierno, o permitir que su “padrino político”, le siga dictando la agenda. El dilema de la “presidenta cuasi-electa” no es sencillo, ya que las consecuencias de no cumplir las órdenes del “gran elector” pueden traer graves repercusiones, tanto para su administración como para el país. Los vaivenes bursátiles y la depreciación del peso, generados por el anuncio del líder de los diputados de Morena de acelerar la aprobación de un paquete de 20 reformas de AMLO antes de que Sheinbaum asuma la Presidencia el próximo mes de octubre, son un claro ejemplo de los riesgos que ella enfrentará.

Sin embargo, a pesar de los millones de votos que recibió la que será la próxima presidenta de México, los cambios constitucionales que realicen, y la eliminación de todos los contrapesos que siempre le estorbaron al actual Ejecutivo, existe un poderoso contrapeso externo, que se encargará de marcar la pauta, a sus políticas económicas si no quiere que estalle una gran crisis, y estos son los mercados financieros. Al día siguiente de los comicios, nuestra moneda se depreció más de 4% y la bolsa de valores cayó más de 6%, su peor momento desde 6 años. Para calmar a los mercados y nivelar la situación, Sheinbaum adelantó la ratificación del actual secretario de Hacienda en su cargo, con lo que se atenuó un poco la desconfianza, pero el aviso fue contundente: si los mercados financieros perciben algo que no les guste de su gestión reaccionarán terminantemente.  Pero también existen otros agentes externos que servirán de contrapesos al gobierno mexicano, siendo Estados Unidos el más importante, ya que con la gran interrelación que existe entre países en materia económica, las decisiones que tome México pueden impactar al nuestro vecino (el intento de reforma energética de López Obrador) y generar consecuencias para nuestra economía. Esta dinámica servirá de freno para la administración de Sheinbaum, sobre todo si Trump regresa a la presidencia. No hay que olvidar tampoco que en 2026 viene la renovación del T-MEC, lo que le dará más poder a EU sobre nuestras políticas comerciales, económicas y laborales. El margen de maniobra económico de Sheinbaum también tendrá sus límites por factores internos, tales como el déficit público en 2025, que será el más elevado en décadas y la situación de Pemex en quiebra. El gobierno estará bajo presión para mantener una estricta disciplina en las finanzas públicas, y cualquier error, puede llevar a las calificadoras internacionales a reducirnos el grado de inversión. 

Los mercados han reaccionado en sentido inverso a la algarabía oficialista por los resultados electorales del 2 de junio, y no por el triunfo de Claudia Sheinbaum sino por la imposición de López Obrador y sus 18 reformas constitucionales que envió al Congreso en febrero, que abarcan temas fundamentales como la destrucción del Poder Judicial, la eliminación de organismos autónomos, el INE incluido y más. Pero hay un contrapeso que el partido oficialista nunca podrá desaparecer: y estos son los mercados financieros. Tendrán tener mayoría calificada en las cámaras de diputados y senadores, podrán cambiar la Constitución para tener un Poder Judicial a modo, podrán extinguir los órganos autónomos del Estado, pero no podrán controlar, nunca, “la manera cómo los entes privados invierten su dinero”. A los mercados no les dio certidumbre los resultados de la elección del domingo. Sabían de antemano el triunfo de Sheinbaum por un amplio margen como enseñaban las encuestas. Sin embargo, esperaban que el nuevo gobierno contara con mayoría simple en ambas Cámaras. La concentración del poder, el famoso plan C, que se hizo realidad gracias al voto ciudadano, genera incertidumbre a los inversionistas. El Estado de derecho peligra cuando un presidente puede cambiar a su antojo la Constitución.  Si los contrapesos desaparecen, y la Suprema Corte de Justicia, también controlada por el Ejecutivo, ya no tendría ningún poder, para detener cualquier acto de autoridad.

Ante la excesiva concentración de poder en una sola persona, se aumenta la incertidumbre jurídica y eso en automático eleva los riesgos de invertir en un país y ante ello, los mercados son muy cuidadosos. Sí, están dispuestos a invertir su dinero, necesitan rendimientos más altos, o de lo contrario, envían el dinero a otros países que ofrezcan mayor certidumbre jurídica o mejores rendimientos. Hoy en día, los mercados están preocupados por lo que pueda suceder en septiembre, ya que la nueva Legislatura se instalará el primero de ese mes e interactuará con el actual presidente durante un mes, ya que Sheinbaum sustituirá al tabasqueño hasta el primero de octubre.

La primera gran diferencia entre el presidente en funciones y la presidenta electa se dio hace unos días, cuando las visiones de ambos, chocaron “sobre los tiempos y las formas para debatir y aprobar el llamado Plan “C” que busca modificar a la Suprema Corte de Justicia y anular o desaparecer a varios órganos autónomos constitucionales”. Porque mientras la presidenta electa operaba con su equipo para tranquilizar a los mercados y ofrecía un proceso de “parlamento abierto” antes de discutir esas reformas, el actual mandatario insistía en que se aprueben sus iniciativas constitucionales en septiembre, con la mayoría de Morena, “porque es más importante la justicia que los mercados”. El choque entre ambos provocó, aún más, la caída del peso y el nerviosismo de los mercados financieros. Lo que llama la atención, y genera preocupaciones es el desorden y la irresponsabilidad oficial donde por un lado se quiere tranquilizar a los mercados mientras que por el otro se anuncia la agenda de la aplanadora legislativa. Lo dijo un economista muy famoso (Keynes), la incertidumbre de los mercados aumenta cuando el poder se acumula en una sola persona de un gobierno, esto no sólo lleva a una dictadura, sino constituyen además un anacronismo incompatible con una economía abierta. 

ES CUANTO

ADDENDUM: datos de la elección muestran que, de los 50 municipios más violentos del país, en 33 de ellos ganó Morena. Todos sabemos que la inseguridad ha impactado en lo electoral y que los electores no castigaron al gobierno por ello. La posibilidad de que hayan sido los propios grupos criminales quienes hayan “orientado”, el voto, por ese partido o por cualquier otro, es una realidad más de como el crimen si votó el 2 de junio, esto además la evidente e ilegal intervención de AMLO, el derroche de dinero público y la violencia criminal dañaron la integridad del proceso.