FERNANDO HINTERHOLZER DIESTEL
“De acuerdo con el artículo 21 de nuestra Carta Magna, la seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, entidades federativas y municipios, cuyo fin es el de salvaguardar la vida, libertades, integridad y patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social”. La inseguridad que vivimos día a día en todo el territorio mexicano, se ha venido incrementando en varios aspectos de nuestra cotidianidad. Cada vez parecen ir aumentando la comisión de delitos cometidos en todos los ámbitos. El peor legado que dejara López Obrador es la inseguridad galopante y sus nexos con el crimen organizado. Sin embargo, “dicha estrategia fallida” será imitada al parecer por el nuevo gobierno. Que no se dan cuenta la presidenta electa y sus futuros asesores en materia de seguridad, “que ha sido un desastre, que dio como resultado el mayor número de homicidios dolosos en la historia, y empoderó a los cárteles, a los cuales entregó de facto amplias franjas del territorio nacional y el destino de miles de personas”.
Los nexos con los grupos criminales, forjada por omisión o comisión, ha comprometido a López Obrador en un muy grave problema serio a mediano plazo, luego de que el líder del Cártel del Pacífico, Ismael el Mayo Zambada, ha señalado al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, de tener nexos con esa organización criminal. En su momento, un destacado periodista del Universal, relato de como operó el cártel sinaloense, durante las elecciones intermedias del año 2021: “el secuestro de cientos de operadores priistas, el robo de urnas, la intimidación a candidatos bajados a punta de pistola y otras acciones que contribuyeron al triunfo de Rocha”. En agosto de 2021, el periodista Salvador García Soto entrevisto a Rubén Rocha, y una de las preguntas fue qué cómo se gobierna un estado con un cártel tan poderoso, y la respuesta fue directa, sin tapujos, “pues negociando con ellos”.
A varias semanas de la detención de los Capos, no sabe aún qué sucedió el pasado 25 de julio con la operación que llevó a la detención en Estados Unidos de Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López, el hijo de El Chapo (y el gobierno mexicano mucho menos, aunque ilusamente sigue preguntando al gobierno estadounidense). Tampoco quien mando la matar a Héctor Cuén, el ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, diputado electo por el PRI, y amigo de muchos años viejo amigo del El Mayo Zambada, el video manipulado que exhibió la Fiscalía de Sinaloa no demuestra nada ni se puede ver más que a un sicario disparando contra una camioneta, ello ya le costó el puesto a la Fiscal de Sinaloa quien renuncio el pasado viernes. “De acuerdo con una carta enviada por El Mayo, Cuén murió en el día que los criminales sinaloenses volaban rumbo a EEUU. La carta del Mayo da cuenta, de la participación en la trama del gobernador Rubén Rocha, quien en diversas ocasiones ha manifestado lo que es vox populi: “que ningún gobernador de Sinaloa puede gobernar sin pactar con los criminales”; que la impunidad de la que el Mayo gozó por años solo se entiende “por las poderosas redes de protección de autoridades estatales y federales”; el mismo día de su detención, además que uno de los escoltas del capo Zambada, era comandante de la Policía Judicial del estado, lo que involucró en la connivencia y protección a la fiscal renunciada y al propio gobernador que, más allá de disimulos, fue quien la puso allí; la violación a la soberanía nacional y la desconfianza de las agencias norteamericanas ante la complicidad e inacción de las autoridades mexicanas.
La agencia contra las drogas (DEA) en Washington tenían un pendiente con López Obrador. Y al final de su gobierno llegó el momento de cobrarla y los “gringos” han puesto al presidente mexicano en una situación complicada. Con la detención del criminal más importante del país, que tenía más de cuarenta años impune, y lo llevaron a territorio estadounidense. Ismael Zambada alias el Mayo ya comenzó a hablar. De entrada, habló de todo el gobierno de Sinaloa, incluyendo a su gobernador. Temblando deben de estar muchos políticos y empresarios, todos porque El Mayo habló y embarró a toda la clase política local y nacional, actual y del pasado. Además, AMLO tiene que estar muy preocupado por lo que Zambada haya dicho a las autoridades estadunidenses. Chismes o mentiras, la honestidad de la administración de la 4T depende hoy de las declaraciones de un narcotraficante que sabe todo el manejo de un negocio que no pude operar tantos años, sin la complicidad de políticos y policías corruptas. Zambada ha frustado el cierre de gobierno de AMLO. O, para ser más precisos, la DEA, que se lo llevaron a su país sin el permiso de las mexicanas.
Muchos analistas creen que la captura del Mayo Zambada y del chapito Guzmán lograd por el gobierno de los Estados Unidos con la colaboración y los acuerdos que hizo con los dos criminales y con funcionarios y políticos mexicanos, junto con la información que pueden revelar en sus declaraciones, afectarán solamente al actual gobierno obradorista, que fue ignorado, ya sea por precaución o por desconfianza, por las agencias de la administración Biden que operaron la entrega de Zambada García. Y habrá sin duda muchos políticos de la 4T, de gobernadores hacia arriba, que habrán sido señalados como “colaboradores”, “protectores” o incluso como “aliados” no sólo del Cártel de Sinaloa sino de los otros grupos del narcotráfico mexicano. Si esos señalamientos llegan o no hasta AMLO, su gabinete o incluso a sus hijos, eso saldrá a la luz pública, pero por ahora no hay duda de que el actual gobierno y su controvertida estrategia de tolerancia y “respeto” por los derechos de los narcotraficantes será uno de los objetivos de los fiscales o investigadores que negociarán con el Mayo Zambada y con los hermanos Guzmán. Los hechos confirman que en Sinaloa no de ahora, sino desde hace varias décadas, opera un narco-estado, “en el que el crimen organizado financia y apoya a políticos y éstos a su vez protegen y cuidan al Cártel, no sólo garantizándoles impunidad en su estado, sino sirviéndoles como “enlaces ante el gobierno federal”. Las deferencias del gobierno de AMLO hacia el Cartel de Sinaloa, trajo terribles consecuencias para el país. Desquebrajado el cártel por las supuestas traiciones, ahora viene la guerra en Sinaloa entre mafias que han aumentado su poder de fuego debido a la tolerancia oficial. Estados Unidos, nuestro gran socio comercial y aliado, le perdió la confianza al Presidente para colaborar en el tema de las drogas.
La gran pregunta que nos hacemos, qué escenarios está previendo el gobierno de México para el final del gobierno de López Obrador y el principio de la Dra. Sheinbaum. Me imagino que en el curso de la aprobación y la puesta en marcha del llamado “Plan C” habrá terribles consecuencias para la economía y la política del país. Y creo asimismo que los carteles empoderados y conflictuados, a un tiempo, pondrán a prueba al nuevo gobierno. De modo que suponer que no pasará nada es ingenuo. ES CUANTO
Addendum: Por donde se toque, el sexenio que termina, sale porquería, López Obrador deja un país jodido con el tejido social podrido y al gobierno mexicano con una pésima imagen, en el exterior y el interior. Comenzará una guerra en Sinaloa entre ejércitos de narcotraficantes armados hasta los dientes, como la que ya hay en Chiapas, Guerrero y Michoacán.