Filas eternas, soluciones de papel

FILAS ETERNAS, SOLUCIONES DE PAPEL

Alfonso Grajales

México es ese lugar donde si no te formas, no existes.

Todo empieza con una fila. Una pa’ sacar cita, otra pa’ que te la cancelen, otra pa’ preguntar por qué la cancelaron, y la más larga de todas: la del “vuelva mañana”.

Aquí los trámites no avanzan, se arrastran. Como tortuga con hueva. Si tienes suerte, te atienden. Si no, “se cayó el sistema” (¡otra vez!). Y ahí estás, con tu foldercito verde, tus copias al 200 por ciento y la esperanza oxidada. Nomás falta que te pidan el acta de nacimiento de tu bisabuelo… en pergamino.

Los hospitales del gobierno, como el ISSSTE y el IMSS, son los reyes de esta tragicomedia. Vas porque te duele la muela y sales con paracetamol y cita para dentro de tres meses. ¿Que tienes una urgencia? “Pase al módulo de urgencias, pero si no se está muriendo, aguante vara”. Y mientras tanto, los doctores hacen milagros con una bata, tres gasas y la paciencia bien jodida.

Pero no hay que ir tan lejos. ¿Se te cayó la casa por el temblor? ¿Te arrastró el río? El gobierno llega, claro… pero cuando ya se secó el lodo y tú ya levantaste tu techo con costales y coraje. 

Ahí es donde empiezan los apoyos. De papel. Llenas formularios, haces colas bajo el sol, te toman la foto con cara de damnificado ejemplar y luego… ¡nada! Que faltó un sello, que no salió en el sistema, que se duplicó tu CURP con el del vecino.

Y no importa si eres joven, viejo, enfermo o jodido: el trámite es parejo pa’ todos los que no tienen palancas. El burócrata promedio no te ve, te escanea. Y si ve que no traes influencias o cara de “te crees muy acá”, te manda al módulo C, con la señora que nunca está.

Y luego se quejan de que la gente desconfía del gobierno. ¡No manchen! Si pedir una beca parece juego de acertijos. Si tramitar una pensión se siente como andar descalzo por un camino de piedras. Si denunciar algo es tan frustrante que mejor te tragas el coraje con tortilla.

Lo peor es que ya nos acostumbramos. Que el mexicano ya sabe que para sacar un papelito tiene que perder la mañana, la paciencia y a veces hasta la dignidad. Nos reímos, lo convertimos en meme, en chiste. Pero la verdad es que duele. Duele un chingo. Porque en este país, lo urgente siempre espera… y lo importante siempre se traspapela.

Y no es que uno no quiera cooperar. Uno quiere cumplir, registrarse, formar parte del sistema. Pero ¿cómo hacerlo si el sistema te escupe? ¿Cómo confiar si cada dependencia es un laberinto con puertas cerradas y sellos invisibles?

México no necesita más papeles, necesita soluciones que no vengan dobladas en cuatro y firmadas por tres. Necesita funcionarios que vean personas, no expedientes. Y necesita que cuando alguien llegue con una bronca, no le pidan primero una copia y luego una explicación.

Porque sí, este país está lleno de filas, pero también de gente que ya se cansó de esperar.

Nos leemos pronto. Si no se cae el sistema.

ESPINACAS

Por Popeye

El trámite es lento, frío y cruel,

te piden hasta lo que no está en el papel.

Y cuando por fin logras avanzar,

te avisan que hay que volver a empezar.

¡Seco el elotazo…!