EXPROPIA O COOPERA: EL NUEVO ESTILO ARMENTA
Alfonso Grajales Cano
Ahora resulta que regalarle terrenos al gobierno es un acto de “solidaridad obligatoria”. Así, sin más, el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, se aventó el numerito de pedirle a una empresa privada —Grupo Proyecta— que le done dos hectáreas en Cholula para construir viviendas pa’ los policías. Y si no lo hacen en 30 días, ya avisó que les va a expropiar cuatro hectáreas. Sí, no dos… ¡cuatro! ¿Por qué? Porque puede y quiere. O eso cree.
Y ojo, no estamos hablando de una plática de cantina. Fue una advertencia pública, con el pecho inflado, voz de autoridad y la Constitución en la mano, como si fuera un manual de amenazas. El problema es que esa Constitución que cita sí permite la expropiación por causa de utilidad pública, pero con una condición muy clara: se paga lo justo. ¿Y qué dice Armenta? Que no va a soltar ni un centavo. Que la empresa le dé el terreno por las buenas o por las peores.
O sea, quiere la tierra, pero sin sacar la cartera. Y no, eso no es legalidad, eso es chantaje. Es el clásico “móchate… o jódete”.
Y claro que la raza se encendió. Empresarios, políticos, abogados, hasta sus propios compañeros de partido ya alzaron la ceja. Ricardo Monreal, por ejemplo, pidió “prudencia” y “diálogo”. Que es la forma educada de decirle: “bájale dos rayitas, mi Alejo”. Pero no. Armenta se siente tan blindado que ya se ve con capa y martillo. Dice que es por el bien del pueblo. Pero se le olvida que cuando el gobierno empieza a tomar lo ajeno sin pagar, lo que se acaba no es el problema… es el estado de derecho.

La oposición también la hizo de tos. El PAN y el PRI acusaron que esta actitud ahuyenta inversiones, destruye el Estado de Derecho y huele más a Venezuela que a Puebla. Y no es exageración. Porque si hoy se vale expropiar porque “no me quieren donar”, mañana qué sigue: ¿que te quiten tu casa porque no prestaste la sala pa’ una junta vecinal?
El abogado Francisco Burgoa, ducho en temas constitucionales, fue clarito: esto puede considerarse extorsión. Y tiene razón. Porque la expropiación, cuando se hace por ley, se justifica y se compensa. Pero aquí no hay pago, no hay negociación, no hay proceso, solo hay presión. O cooperas o cuello.
Y por si eso no fuera suficiente, el caso puede llegar al flamante nuevo Poder Judicial. Ese que todo indica estará bien peinadito con Morena, el partido del propio Armenta. Así que si la bronca se vuelve legal, las garantías de justicia pueden valer menos que un boleto del Tren Maya. ¿Imparcialidad? Sepa la bola. Pero la duda ya está sembrada.
¿Y sabes qué es lo peor? Que esto se esté normalizando. Que un gobernador salga a decir que te va a quitar lo tuyo si no se lo das “por voluntad”. Que se disfrace la justicia con discurso de “es por el bien común” cuando lo que hay detrás es puro control y show político. Hoy es Grupo Proyecta, mañana puede ser cualquier otro que no les caiga bien.
Y no, no se trata de defender millonarios. Se trata de reglas, de legalidad, de no dejar que el poder se vuelva berrinche. Porque cuando el gobierno empieza a actuar como patrón de hacienda, lo que sigue es que todos nos volvamos peones.
Así que no, gobernador Armenta, no está padre lo que está haciendo. No es valiente, no es justo, no es ético. Y aunque usted diga que lo hace por los policías, hay formas y hay ley. Y usted, que tanto se llena la boca hablando de ella, debería ser el primero en respetarla. Nos leemos pronto.
ESPINACAS
Por Popeye
Quiere terreno sin pagar un peso,
y llama justicia a su retroceso.
Si eso es gobierno y eso es legal…
que alguien expropie su cinismo total.
¡Seco el elotazo…!