Chiapas votó entre el crimen organizado y la estulticia oficial

CHIAPAS VOTÓ ENTRE EL CRIMEN ORGANIZADO Y LA ESTULTICIA OFICIAL

Fernando Hinterholzer Diestel

Los comicios más grandes en la historia de México se realizaron en medio de una grave crisis de inseguridad, ambiente dividido y con grandes diferencias entre las fuerzas políticas, violencia criminal hacia aspirantes y candidatos, todo ello culminó ayer con la muy copiosa votación del Día D. Casillas abarrotadas en las zonas urbanas en todo el país, hacer prever un buen resultado a favor la coalición PAN-PRI-PRD en CDMX donde van en empate técnico con Morena: en Morelos también empate técnico: lo mismo que en Veracruz. En Guanajuato y Yucatán va arriba la Coalición opositora: mientras que, en Chiapas y Tabasco, va arriba el partido oficialista. Esta información proviene de encuestas de salida a boca de casilla 12 pm del 2 de junio. Las elecciones tienen gran importancia en la vida política de cualquier país y son esenciales para toda democracia. Durante los procesos electorales, los ciudadanos se convierten en actores políticos fundamentales. Es por esto por lo que la más prerrogativa que tenemos los ciudadanos en nuestro país, consiste en votar en las elecciones cada 3 años. 

Mi tierra chiapaneca se encuentra en la encrucijada, desde 2021 (también debido al gobierno inútil y cómplice de Rutilio Escandón), de padecer una “guerra” entre los cárteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa, ello debido a su situación estratégica por la frontera con Guatemala, que representan las rutas y accesos más importantes para el tráfico de drogas y de personas, un gran negocio que ningún de los dos bandos quieren dejar de obtener pingues ganancias. De acuerdo con informes de inteligencia norteamericana, los dos más poderosos cárteles mexicanos están peleando de forma frontal para quedarse con la plaza chiapaneca, junto, pero a menor escala con el cártel del Golfo. Los de Jalisco y los Sinaloenses tienen una importante presencia en poblaciones como Tuxtla, Tapachula, Palenque y San Cristóbal de las Casas, en donde, además, manejan otras redes de bandas locales que han logrado cooptar a autoridades municipales y estatales. Sin embargo, la violencia se ha centrado principalmente en los municipios de La Trinitaria, Frontera Comalapa, Chicomuselo, Siltepec, Motozintla, Mazapa de Madero, El Porvenir, La Grandeza, Bejucal de Ocampo, Amatenango de la Frontera y Bella Vista, que corresponde a la zona fronteriza y la Sierra chiapaneca. En ese contexto, los chiapanecos salieron a votar “con el Jesús en la boca”, para elegir gobernador, presidentes municipales, diputados estatales y federales, senadores y por supuesto para la próxima presidenta de la República.

La situación de violencia generalizada provocó que Chiapas se convirtiera en uno de los estados que más desplazados haya genera en todo el país, con por lo menos 8 mil 500 personas, entre junio del año 2021 y diciembre del 2023. Entre los municipios más afectados, se encuentran Frontera Comalapa, Candelaria, y Chicomuselo, donde hubieron más de 3 mil desplazados que orillados por una serie de enfrentamientos entre criminales, durante varios días, los hicieron refugiarse en municipios más seguros.  Dado que el uso prácticas de terroristas, que incluyen, los enfrentamientos generalizados a diario, uso de artefactos explosivos, uso de drones con armamento, explosiones y quemas de vehículos, entre otros métodos de violencia extrema. Y en caso de no lograr su objetivo, las consecuencias son muy graves para los pobladores: “yendo desde las agresiones físicas, desapariciones, asesinatos, despojo y desplazamiento forzado, extorsiones, secuestros y cobro de piso, pero también control de precios de los productos agrícolas, de rentas y de otras transacciones económicas de la población local, todo ello con frecuencia establecido a través de medios violentos de diferente índole”. El aumento exponencial en el control territorial y capacidad de guerra, de los grupos del crimen organizado en el país durante este sexenio, justifica la autoría de la violencia y asesinatos de candidatos de los grupos criminales. Pero son innegables los vínculos políticos con estos grupos por el simple hecho de que secuestrar y asesinar con tanta impunidad requiere protección de las autoridades o una decisión de someter el país a los designios de los grupos criminales. Hace un par de semanas, el IEPC de Chiapas había registrado la renuncia de más de 500 candidatos a puestos de elección popular. La gran pregunta seria, si se pueden llevar a cabo elecciones en comunidades donde en desbandada renuncian los candidatos por razones de seguridad. Las autoridades electorales ya anunciaban que no podrían instalarse 108 casillas en 4 municipios de la entidad. 

Nuestro país, llegó el 2 de junio a un punto sin retorno. Las estadísticas y las cifras oficiales muestran la encrucijada de una política que fracaso y enluto a millones de mexicanos por la implementación de una estrategia absurda y omisa. La exponencial ola de violencia que ha llegado a niveles alarmantes durante las precampañas y campañas con el asesinato de 34 candidatos, sin importar su color partidista, en territorios controlados por grupos delincuenciales y los interminables ajustes de cuentas por disputas territoriales. No se puede ofrecer un real Estado de derecho si no hay seguridad. No se puede transitar hacia una mejor nación si no hay seguridad. No se puede pensar en aumentar las inversiones locales y extranjeras sin seguridad. La seguridad es la condición fundamental para el desarrollo de cualquier país. Su importancia se fundamenta en varios aspectos que atañen directa e indirectamente el crecimiento económico, la estabilidad social y el bienestar general de la población. Hoy en día, los asesinatos y las masacres impunes atraviesan nuestro México y todas las estadísticas así lo confirman. 

 México como “narco-Estado” criminal, es una enorme amenaza para nuestra incipiente democracia. Si no nos damos cuenta del tamaño de este riesgo, de su enorme dimensión, vamos a terminar por tener no solamente “una cleptocracia como la que teníamos durante el priato”, sino una terrible narco-democracia en todo el territorio nacional, como la que ya perdura en varios municipios de la república, donde el crimen organizado asesina periodistas y gobierna de facto. Tal y como ocurre así en Tierra Caliente de Michoacán, y Guerrero, en Chiapas, Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato, Jalisco y Veracruz. No podemos ni debemos permitir que triunfen “los políticos criminales ni los capos metidos a políticos”. Por esa razón, las y los mexicanos salieron ayer a votar masivamente. Es el único camino para defender nuestra democracia, que tanto trabajo, esfuerzo y sangre costo durante el siglo XX, y que tanta sangre nos sigue costando hoy en día. Las elecciones de ayer, fueron una fiesta democrática, una muestra de civismo, donde le rendimos tributo a quienes fueron cruelmente asesinados durante este proceso electoral. ES CUANTO 

ADDENDUM: muchos mexicanos votamos para echar del poder, a un gobierno que se burló permanentemente de la ley, y que intento desaparecer a las instituciones que tanto costaron crear para defender y proteger la libertad; que propicio la muerte de casi 190 mil mexicanos; más de 150 mil desaparecidos; que dejo sin servicios de salud a más de 30 millones de mexicanos; que pretenden desaparecer los contrapesos que constitucionalmente existen para combatir el autoritarismo, y que organizo una elección de estado.