Agua a domicilio sin improvisación: solo con muchas ganas

AGUA A DOMICILIO SIN IMPROVISACIÓN: SOLO CON MUCHAS GANAS

Manuel Zepeda Ramos

El martes 3 de mayo –Cristina y yo cumplimos 51 años de casados–, salimos a comer como debe de ser con nuestra diminuta familia, después del gran aguacero que cayó en Xalapa, con granizada de por medio. El tránsito citadino todavía estaba desquiciado por las obras sobre el circuito presidentes.

En el trayecto hacia el restaurante, pude ver varios ejemplos vivientes que me partieron el corazón: bajantes de agua de las casas que no conducen más que a la calle, literalmente «vomitando» agua de lluvia cuyo destino final habrá de ser el mar. No eran pocos bajantes. No. ERAN MUCHOS bajantes que, como destino incierto, apuntaban a la nada como único objeto de evitar que las cubiertas de las casas se llenaran de agua; hasta ahorita: digo HASTA AHORITA, agua despreciada, como si fuera un pariente no deseado. 

Esta agua sabatina, llevada gratuitamente a domicilio, representa al primer gran aguacero que habrá de muchos que caerán sobre el suelo citadino y sus alrededores en la presente temporada de lluvias y que, todavía afortunadamente, nos lo regalan.

PERO NO HACEMOS NADA

En otro artículo de hace pocos días, lo dije con todas sus letras: la única manera de que nuestra ciudad HOY tenga agua para el consumo humano en el próximo estiaje que ya empieza a tocar las puertas, es captando agua de lluvia, almacenándola y filtrándola en tanques después de obtenerla…evitando su consumo excesivo, cuidándola con gran amor.

Creo que a nadie le interesa y se me arruga el alma.

Solo la escuela preparatoria mixta Antonio María de Rivera, que ya se tuvo que sentar para esperar que CMAS se anime y le entregue por fin el proyecto prometido delante de cientos de alumnos, maestros y padres de familia entusiastas hace ya más de un mes, solo esa preparatoria, digo, es la única que en Xalapa se preocupa por captar agua de lluvia en beneficio de su escuela y familias a su alrededor.

NADIE MÁS

Bueno, sí: hay candidatos a la presidencia municipal de Xalapa quienes, inexpertos en el tema, prometen soluciones de ocurrencia para pretender captar el voto de la ciudadanía de manera ingenua e irresponsable. Si llegaran a la presidencia, no sabrían que hacer ante el gran problema citadino, el más importante, que ya sentó sus reales.

Mucho me temo que estamos llegando tarde a la captación de agua de lluvia.

¿Alguien se habrá de animar a hacerlo? Espero con entusiasmo. 

A propósito de las aguas xalapeñas, quien sí está muy entusiasmado es el rector que, entiéndalo usted, quiere volver a ser, aunque la ley se lo impida. Dicen que echó discurso en el FESAPAUV -¿cuántos habrá pronunciado en sus cuatro años improductivos?-, recuerdo cuando «homenajeó» al góber anterior por ser inventor: sus discursos se cuentan con los dedos de la mano y eso que tiene amanuenses de lujo. A propósito de las aguas xalapeñas: también dicen que llevó a la sinfónica nuestra tan querida, a Xalitic y que allí también echó discurso y que les llueve. Se imaginará cuanto valen los instrumentos de cuerda, todos de madera que tienen al agua como a su principal enemigo -solo los violines son 50-, que los atrilistas sinfónicos han adquirido con mucho esfuerzo?

Las lenguas de doble filo dan cuenta también que doña Beatriz, su promotora que también dicen las lenguas de doble filo lo impulsó para ser rector, se ha acercado a la embajada española para buscar la nacionalidad ¿Ya se habrá enterado el aspirante repetidor a la rectoría sin merecerlo?

Vienen tiempos difíciles y todos lo sabemos. La UV necesita a un académico sólidamente formado y respetado por alumnos, maestros e investigadores, con visión de futuro, que sepa responder a las necesidades del estado, que se convierta en un sólido asesor a la cabeza de su comunidad para la resolución de los grandes problemas de Veracruz, como eran los verdaderos rectores de la UV y que tanto extrañamos.

Yo solo veo a Jorge Manzo Denes, como el rector que hoy necesita nuestra gran Casa, la mejor del sureste de México. Ya no queremos improvisados que solo han dañado a nuestra Casa y a Veracruz.

Que lo piensen bien quienes intervienen en esa decisión tan importante.

¡Que viva la Universidad Veracruzana!

¡Que viva Veracruz!