Administran la violencia; no pueden con los criminales

SÓLO ADMINISTRAN LA VIOLENCIA NO PUEDEN CON LOS CRIMINALES

Fernando Hinterholzer Diestel

Los resultados del combate a la inseguridad y al crimen organizado de la administración Sheinbaum, muestran que el gobierno efectivamente combate a los criminales, pero no puede pararlos para detener la violencia que generan, simplemente administra la violencia, pero no la resuelve. Es decir, bajan los delitos un tiempo por un operativo, pero un tiempo después aumentan cuando se retira el Ejército y la GN y la administración estatal en turno sigue evadiendo su responsabilidad. El Estado, en tantas zonas del país, seguirá conteniendo la violencia, pero no erradicándola. Esto es, que no han encontrado una estrategia eficaz, al menos por ahora, de luchar contra el desmesurado poder económico del crimen organizado, que derrama dinero a diestra y siniestra en las comunidades generando una narco-cultura inquebrantable. La violencia política mostro su poderío e impunidad, en la CDMX en un ataque contra altos funcionarios de la ciudad, como en los peores escenarios de otras entidades federativas. Ya no se oculta y, al contrario, rompe el escaparate más visible del país con un crimen de alto impacto para dispersar su mensaje del miedo en su enfrentamiento con el Estado. 

El ataque fue “directo”, planeado y vigilado, como informó el gobierno de la jefa de gobierno, Clara Brugada donde dio a conocer el asesinato de su secretaria particular, y su asesor, en un hecho inusitado por atentar contra sus colaboradores más cercanos, en una demostración de fuerza y desafío de los asesinos; ya que no se trata de perfiles políticos que, por sí mismos, pudieran ser objetivo relacionados con sus cargos y responsabilidades, sino víctimas indirectas del mensaje “aquí estamos y podemos llegar”. La violencia criminal sucedió esta vez de tal forma en la que todos los componentes se combinaron e hicieron que la conmoción aumentara en la capital del país. El crimen sucedió en una de las principales vías de la ciudad, muy cercano al centro de la capital, donde se encuentran los poderes ejecutivos federal y de la ciudad. La confirmación de los asesinatos se dio “muy paradójicamente” en la mañanera “reloaded” de la presidenta Sheinbaum, luego de que ante integrantes de la prensa el secretario de Seguridad federa Harfuch y la secretaria de gobernación, presumieran que “la seguridad iba de maravilla”. La fatídica noticia, que acaban de ejecutar a los dos funcionarios más cercanos de la jefa de Gobierno. La muerte de los funcionarios desbarata cualquier discurso e impacta dolorosamente en la percepción. Acribillados en el momento en que mayor atención pública concentra el gobierno: “durante la mañanera”. El mensaje fue claro por parte del crimen organizado, “aquí estamos y podemos hacer lo que nos plazca”. El mensaje fortalece dos hipótesis: una, la relación que tienen los malosos con funcionarios de primer nivel; y dos, la provocación contra las altas esferas del gobierno de la capital del país por incumplimiento de supuestos acuerdos.

A lo largo de la vasta descripción de historias de asesinatos de funcionarios mexicanos ha habido de todo. Desde las traiciones que vienen del interior del grupo. Las acusaciones voluntarias o involuntarias. Ajustes y cobro de cuentas por haber traicionado acuerdos no cumplidos. Roturas de acuerdos entre carteles criminales como consecuencia de movimientos en el gobierno, cambios en la burocracia y otros reacomodos políticos. Negativa a tratar con ciertos grupos. O grandes decomisos de dinero, de armas o de drogas. Afectación económica a los grandes grupos criminales, así como a sus respectivos capos. Investigaciones que se hallan cerca de llevar a la cárcel a delincuentes de cierto rango. Rivalidades políticas. El catálogo es muy variado. Pero las víctimas del pasado martes no encajan en la mayor parte de estas categorías. Parecen víctimas de algo que se halla más allá de ellos. Y es lo es lo indignante. La jefa de gobierno Brugada, ha presentado avances en la seguridad y un descenso constante en los homicidios y otros índices delictivos. “Se han dado golpes mediáticos y se han desarticulado células operativas del Cártel Jalisco, el Cártel de Sinaloa y la Familia Michoacana”. Pero de manera paralela, y contra lo que señala su discurso, “los homicidios y los ajustes de cuentas han arreciado en los últimos meses”. Entre los meses de enero y mayo se acumularon 329. De acuerdo, a la organización Causa en Común A.C. la ciudad de México tiene registradas, las actividades de siete grandes grupos criminales y de cerca de 50 bandas locales: que van desde “la Unión Tepito, la Anti Unión y la Nueva Alianza, hasta los Molina, los Canchola, el Tren de Aragua, Los Catalinos, Los Rodolfos, Los Tanzanios y Ronda 88”, por citar solo algunos.

El gobierno de la 4T y sus funcionarios, tienen que empezar a reconocer que “no pueden con el problema del crimen organizado”, como nos recuerda Trump sus empleados cada día., Y que no podremos ganar esta lucha, sin su ayuda. En Sinaloa tienen más de 250 días de violencia y terror y no hay para cuándo termine. Desde las cárceles continúan saliendo miles de llamadas de extorsión y fraude, sin que la autoridad federal pueda eliminar los celulares en las celdas ni bloquear la salida de las llamadas. En Chiapas, la situación es terrible por la presencia de traficantes de personas (cartel de los chamulas) y de drogas, de migrantes detenidos en la frontera.  De acuerdo a un informe reciente de la DEA, se produce fentanilo en todas las entidades del país. El partido gobernante, Morena, ha mostrado su incapacidad para administrar y gobernar, pero también ha exhibido su rostro más siniestro: el de un movimiento político que, utilizando “el nombre del pueblo”, ha terminado secuestrado por la corrupción y protección al crimen. Hoy, existen estados cooptados por la violencia, gobernadores bajo sospecha de corrupción, nexos con el crimen organizado y un gobierno que, en lugar de hacer investigaciones, parecen ser socios de los carteles criminales. La lista de casos es larga. En Guerrero, la sombra del crimen organizado ha estado siempre presente; con Félix Salgado Macedonio, así como con su hija Evelyn Salgado, los señalamientos no cesan, al contrario, se incrementan. Medios de comunicación han documentado nexos con grupos criminales y hasta omisiones graves en temas de seguridad. Guerrero parece más una tierra de nadie. En Quintana Roo, la gobernadora Mara Lezama ha sido cuestionada por presuntas irregularidades y por su cercanía con personajes vinculados al crimen organizado, mientras la violencia en Cancún se dispara sin control. Y ni se diga de Tamaulipas y Zacatecas

La realidad de un país entero ha permeado y salpicado de sangre a la ciudad de México. Y aunque el disimulo oficial quiera esconderlo, esta vez no hay forma de mirar a otro lado. Tal parece que el resultado de este lamentable hecho es que, para la clase política, la población con sus dramas e injusticias no son importantes, y solamente “cuando la violencia los alcanza” entonces sí se habla hasta de un crimen contra el estado mexicano y se vuelve algo que se debe de condenar tan fuertemente como sea posible para que el crimen organizado se lo piense dos veces antes de volver a atentar contra la vida de un funcionario público. Esto suena como una reacción exagerada por parte de la clase política cuando por muchos años la tónica ha sido de apatía y negación ante la violencia. No debemos seguir pensando que podemos ganar esta guerra. A ojos de nuestro principal socio y vecino, somos un narco-estado. El problema no son solo los grupos criminales y bandas de delincuentes, sino que estos están protegidos por el gobierno. Ya es hora de reconocer abiertamente que el problema nos rebasó, se salió de nuestras manos y no podemos controlarlo. Es hora de pedir ayuda con urgencia. Podemos continuar la fallida estrategia de la presidente Sheinbaum de negar la cooperación y la presión en un discurso dirigido a su público cautivo, mientras que la realidad muestra que permite y cede en todo lo que pide Trump.  Con navíos destructores frente a nuestras costas, aviones sobre nuestro territorio, drones, militares norteamericanos vigilando, soldados entrenando a nuestras tropas y la amenaza constante de que un buen día, para reforzar su ego, Trump decida lanzar misiles a territorio mexicano. 

Una solución posible es convocar la ayuda internacional. Con un bloque de países americanos y europeos (porque la droga mexicana llega hasta Europa), liderados por México, para combatir al crimen organizado en todos los frentes: militar, financiero, político y social. Necesitamos ayuda urgente antes de que se acabe por descomponer el país, antes de que los norteamericanos decidan unilateralmente iniciar operaciones militares en México para luchar “contra el terrorismo”. ES CUANTO

ADDENDUM: Tania Contreras, exconsejera jurídica del gobierno de Américo Villarreal y candidata a Magistrada del Supremo Tribunal Electoral, demandó a un prestigiado periodista y a EL UNIVERSAL, por los delitos de calumnias y violencia política en razón de género. El 1 de mayo, el periodista Héctor Mauleon publico la columna titulada “Huachicol y poder judicial en Tamaulipas”, en donde hizo referencia a un documento hackeado a la Sedena por el colectivo Guacamaya en el que el entonces secretario de Defensa, Crescencio Sandoval alertaba al director del Centro Nacional de Inteligencia, sobre una red de tráfico de huachicol, corrupción, sobornos y extorsiones, comandada por el esposo de la ahora candidata al Supremo Tribunal Electoral (hasta el nombrecito apesta). Imaginen la clase de justicia que impartirá esta persona, socia de su marido y coludida con criminales del huachicoleo.