CONTINÚA LA EMERGENCIA EN ACAPULCO Y GUERRERO
Fernando Hinterholzer Diestel
Mientras Acapulco continúa viviendo con toneladas de basura en las calles, cientos de cadáveres que no aparecen, colonias enteras sin luz, sin servicios de internet, y lo más grave sin servicios sanitarios (los hospitales más grandes siguen colapsados), los gobiernos federal y estatal declaran el fin de la emergencia en Acapulco y Guerrero. Y esto muestra que o son muy ineptos que no “tienen madre” La indiferencia despótica ante la tragedia que continua viviendo en Acapulco y 45 municipios en todo el estado es increíble por decir lo menos, seguramente no se han tomado la molestia de subir a la sierra de Acapulco, a las comunidades de las Tortolitas o a Pablo Galeana, y ni siquiera a lo más alto de la serranía guerrerense, donde cosechas, depósitos de agua, viviendas quedaron totalmente destruidas, la población en esos lugares no tienen que comer ni siquiera caminos para trasladarse, todo lo borro Otis. El tratar de minimizar lo que está sucediendo en Guerrero, es un grave error gubernamental, además de un despropósito para las autoridades mexicanas. Quizá lo hacen por motivos electorales, ya que al “presi de la 4T” es lo único que le importa. Sin embargo, este es un tema que va más allá de la corta visión pública de la 4T, simple y llanamente porque los habitantes de Guerrero y Acapulco deben tener el apoyo, incondicional, del gobierno federal, estatal y municipal, así como de la sociedad civil en su conjunto para la recuperación, y esto llevara años.
El intentar negar la gran tragedia que viven los guerrerenses y los acapulqueños, es totalmente injusto sino también constituye una grave falta de sensibilidad. Nuestro país cuenta con los recursos suficientes para reconstruir los daños que dejó el huracán, en toda la entidad. El recién aprobado Presupuesto de Egresos 2024, donde no se contempla ni un solo peso para Guerrero, muestran una vez más el olvido y la falta de empatía de los diputados oficialistas, por el sufrimiento y las carencias de los guerrerenses. No puedo dejar de insistir y manifestar mi rabia ante la inacción del gobierno para mejorar las condiciones de vida de los guerrerenses; no pueden tapar el sol con un dedo, ni decir que solo hay 49 fallecidos, decir que en Acapulco la emergencia ya pasó es una gran confabulación y embuste, además de ser un craso error que habrán de pagar, tarde o temprano.
No omito mencionar, que la falta de apoyo de los tres órdenes de gobierno a la entidad suriana, ya es ocupado por organizaciones de la sociedad civil, por grupos privados y los por los partidos de oposición al gobierno, incluyendo a los carteles del crimen organizado (Tlacos, Ardillos, Familia Michoacana y CJNG) y esto se comprobara en las urnas en junio del año próximo. En cuanto empiece la campaña electoral oficial, todos los actores políticos buscarán beneficiarse con el reparto de ayuda y con la distribución de recursos para la población. Y no sería raro que, en los próximos días y semanas, veamos en las redes sociales, videos de entregas de apoyos, de despensas y materiales de construcción, en Acapulco en la Sierra y en toda la Costa Grande, patrocinados por el Mencho Oseguera, del CJNG) o por los hermanos Hurtado Olascoaga de La Familia Michoacana. Y con toda seguridad en los próximos comicios, esos mismos “benefactores” impulsaran a sus candidatos para que ganen la mayor cantidad de ayuntamientos. “En un contexto no muy alejado de la realidad, se puede pensar que, en un par de años, Guerrero siga desolado y, además, con gobiernos municipales “colonizados”, de forma incluso más estrecha que antes, por el crimen organizado”.
El legado de Otis para Acapulco y Guerrero, es su entrega en bandeja de plata al crimen organizado. Considerando que es el segundo estado más pobre en el país: 35 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza. El 33.5 por ciento de los guerrerenses no tiene acceso a servicios de salud. Al Dejar operar libremente a los carteles, e incluso brindarles protección, los carteles crecieron en poderío territorio inclusive los unió con el gobierno estatal y los municipales. En cada una de las 7 regiones o en los 81 municipios guerrerenses domina el que tiene más sicarios y es más sanguinario. No hay gobierno en Guerrero, solo es una estructura administrativa, simbólica e inoperante. Para el 2024, miles de acapulqueños no tendrán trabajo ni ingresos, gran parte de ellos perdieron sus viviendas y sus negocios. Poco a poco irán quedando en la miseria. En el mejor de los casos, seguirán recibiendo, la ayuda de las instituciones públicas y privadas, teniendo acceso a agua y comida en los siguientes meses, muy poco más. El verdadero problema es que son miles quienes se han quedado sin fuente de ingresos. En cualquier momento y ubicación, esto es ya un desastre. Y entonces desempleados y desesperados si los sicarios del crimen organizado les ofrecen trabajar para ellos con un salario que por lo menos les alcance para sobrevivir, por supuesto que lo aceptaran. Los carteles criminales aumentaran sus capacidades para ampliar y extender su control territorial. Estamos ante una circunstancia que no se había vivido en Acapulco en toda su larga historia. ES CUANTO
ADENDDUM: sin duda alguna fue prioridad y urgencia inaugurar una carretera en Badiraguato, más que acudir a apoyar “la tragedia humanitaria” de los guerrerenses en Acapulco; la cual no ha disminuido a los niveles aceptables que dice el gobierno federal. Nada explica esa atención del López Obrador con el cartel de Sinaloa, más que su interés para recibir su apoyo, para que éste participe, de forma intensa, en las elecciones del próximo año y donde su proyecto se juega su subsistencia.