Escala de la alcoholomanía y análisis de sus elementos

ESCALA DE LA ALCOHOLOMANÍA Y ANÁLISIS DE SUS ELEMENTOS

Carlos Hiram Culebro Sosa

La elaboración de esta nota obedece a los comentarios que generaron reciente artículo sobre la escala de la alcoholomanía -también escrito por Carlos Culebro- en el que predominó un desconocimiento sobre la obra de Elvin Morton Jellinek, autor del análisis de como avanza la adicción a las bebidas embriagantes, que constituye un fenómeno complejo pero tratable. Un miembro de Alcohólicos Anónimos (AA) refiririó que, como la ha visto en los grupos de AA, suponía que fue diseñada por los fundadores de esa agrupación. 

A la persona señalada en el párrafo anterior se le explicó que Morton Jellinek mantuvo una relación de colaboración indirecta pero influyente con AA. Aunque no fue miembro de esa agrupación, sus investigaciones ayudaron a respaldar la idea del alcoholismo como una enfermedad, pensamiento que AA sostenía desde su fundación.

A cualquier individuo le permite identificar las distintas fases por las que atraviesa cuando presenta consumo problemático de bebidas con etanol. 

La citada escala presenta una secuencia de 4 etapas que describen la evolución progresiva de la dependencia alcohólica a través de 45 elementos, de los que sólo se citarán algunos de ellos.

1. FASE PRE-ALCOHÓLICA, elementos: Alivio de las tensiones por medio de la bebida, aumento progresivo de la tolerancia.

Análisis: Este período marca el inicio del uso del alcohol como escape emocional. No hay aún pérdida de control ni consecuencias visibles, lo que dificulta la identificación del problema, sin embargo, el aumento de la tolerancia indica una adaptación biológica al consumo.

2. FASE PRODRÓMICA (este vocablo hace referencia a los síntomas iniciales que preceden al desarrollo de una enfermedad); elementos: Episodios de pérdida de memoria (lagunas mentales), búsqueda de oportunidades para beber, consumo rápido de alcohol al inicio de eventos, evita hablar del alcohol en sus conversaciones.

Análisis: Aquí aparecen síntomas psicológicos y conductuales de dependencia, el individuo pierde control parcial, pero aún conserva una imagen social estable. Se trata de una fase crítica para la detección temprana y prevención del deterioro posterior. 

3. FASE CRUCIAL, elementos: Pérdida de control al iniciar la ingesta del alcohol, racionalización de su manera de beber, apatía hacia otros intereses, comportamiento grandioso o fanfarrón, abastecimiento de alcohol, descuido de su propia nutrición, beber en ayunas.

Análisis: La dependencia se vuelve evidente. El alcohol domina la conducta del sujeto, quien ya no puede predecir ni controlar cuánto ni cuándo beberá. Hay una disminución funcional, social y laboral. Este es el momento en que la alcoholomanía se consolida como enfermedad.

4. FASE CRÓNICA, elementos: Período de embriaguez prolongada, disminución de las capacidades mentales, bebe con personas de inferior nivel, temores indefinibles y templores persistentes, hospitalización y pérdida de la vida.

Análisis: En esta etapa final, el alcohol domina completamente la vida del individuo. Hay una desintegración física, mental y social. El daño puede ser grave si no se interviene.

A manera de conclusión cabe decir que la escala que se ha presentado revela la importancia de la intervención temprana, ya que las primeras fases permiten la reversibilidad sin secuelas graves.

Los grupos de Alcohólicos Anónimos AC, (AA), diseminados en todo el orbe y por ende en el país, son una excelente herramienta para atender el alcoholismo.