EL PREMIO AL MÁS IRRESPONSABLE DEL SALÓN
Alfonso Grajales
Nombrar a Hugo López-Gatell como representante de México ante la OMS equivale a poner a cargo del asador al que ya quemó la carne, la casa y hasta al chucho. Así de desatinado y jodido.
Porque no se nos olvida. López-Gatell fue ese funcionario que –con la complacencia de AMLO– salía todos los días con su tabla de Excel a querer convencernos de que todo iba bien, aunque los muertos se amontonaran más rápido que las promesas.
El que decía que no servía el cubrebocas, pero luego aparecía en televisión nacional con uno colgado de la oreja nomás “por cortesía”. El mismo que aseguró que la pandemia estaba domada, cuando apenas empezaba a salirse de control.
¿Y qué pasó cuando la gente empezó a morir sin oxígeno, sin cama, sin diagnóstico? Nada. El doctor siguió con sus tecnicismos, con esa sonrisa de “yo tengo otros datos” y el pecho erguido como si le debiéramos las gracias. Ni una disculpa. Sólo silencios largos y conferencias eternas.
Pareciera que en México premiar el fracaso ya es deporte nacional.
Ahora, como si nada, la presidenta Claudia Sheinbaum lo manda a la Organización Mundial de la Salud, a representar al país. Así, sin consulta, sin evaluación, sin pudor. “Yo lo nombré”, dijo ella muy oronda. Uno se queda viendo la nota y piensa: “no, esto ya es una mentada de madre”.

¿Qué no había más perfiles? ¿No hay médicos, científicos, expertos que sí se la jugaron durante la pandemia, que sí se partieron el alma en los hospitales?
Claro que los hay, pero no son “del equipo”. Y en este sexenio, ser allegado es más importante que haber hecho bien las cosas. Así se manejan los premios. Hoy importa más la lealtad que los resultados.
Y ojo, esto no es linchamiento. Es memoria. Es justicia para los miles que perdieron a alguien por decisiones pendejas, por estrategias hechas al chingadazo, por un ego inflado que prefirió la narrativa al cuidado real de la gente.
Decir que López-Gatell nos va a representar en salud internacional es como si el chef que te dio salmonela ahora quiere dar clases de cocina gourmet. ¡Imagínate!
Este nombramiento no sólo insulta a los que se la rifaron. Es también un mensaje claro: aquí no importa si fallas. Si le eres útil al poder, te premian. Si no, aunque seas brillante, te avientan al rincón. Así de gacho.
Y eso debería preocuparnos un chingo. Porque si esta es la lógica para representar a México en el mundo, ¿qué sigue? ¿El director del AIFA a la NASA? ¿El de Segalmex como embajador en Suiza? ¿El de los libros chafas de la SEP como Premio Nobel?
No mamen. ¡De verdad, no mamen!
Esto más que un nombramiento, es un retrato de lo podrido que está México. Y si no decimos nada, si nos tragamos esta pastilla sin agua, entonces ya ni la amuela el gobierno. Porque ya no es que no escuche. Es que ya se burla en nuestra cara.
Así que no, no es un chisme. Es una herida abierta. Y hoy, con esta decisión, la volvieron a cagar. Y peor tantito: la aplaudieron.
Nos leemos pronto.
ESPINACAS
Por Popeye
Premiaron al del desastre
con nombramiento oficial;
si el fracaso da medalla…
¡vamos rumbo al hospital!
¡Seco el elotazo…!