77 AÑOS INFORMANDO… Y ACÁ SEGUIMOS
Alfonso Grajales
Este texto está dedicado a quienes, a lo largo de casi ocho décadas, han formado parte de Es! Diario Popular: redactores, reporteros, columnistas, fotógrafos, académicos, analistas, administrativos y personal de todas las áreas. A todos, gracias por poner su grano de arena para hacer de este medio el más longevo de Chiapas.
Te cuento una historia: Es! Diario Popular cumple 77 años. Sí, setenta y siete.
En un estado donde leer un encabezado ya es como pedir milagros, este periódico sigue de pie. Medio cojeando, a veces con la tinta escurrida, pero de pie.
Todo empezó un 21 de junio de 1948, cuando mi abuelo, Gervasio M. Grajales Gómez, se aventó a sacar el primer ejemplar. Y no crean que fue con rotativa de lujo. No, aquí todo era a pedal. Literal. Mi abuela, doña Chelo Burguete Pedrero, se subía a una máquina para imprimir los periódicos como si estuviera pedaleando hacia el futuro. Y vaya que lo estaba.
En esos años, Chiapas era tierra de diarios a granel. Recuerdo, aunque era un escuincle, que había un montón: El Heraldo, La Tribuna, El Planeta, El Observador, La República en Chiapas, Novedades, La Voz del Sureste, Cuarto Poder, Número Uno, Vanguardia, Diario de Chiapas, en fin, un bonche de medios que daban batalla con plomo, tinta y un chingo de ganas.
Pero llegó la modernidad. Y así, poco a poco, muchos periódicos fueron pelando gallo.
Entre la crisis de lectores, la llegada de las redes sociales y la falta de tiempo de la gente —que sí tiene tres horas para ver TikTok, pero no tres minutos para leer una nota—, muchos medios desaparecieron.
Nosotros nos resistimos a decirle adiós a esto de la informada, y de papel pasamos a pantalla, de linotipo a teclado. Del olor a tinta pasamos al olor a café frente a la compu. Y aunque el cambio no fue fácil, aquí seguimos.

Hoy, llevo 30 años dirigiendo este barco. Me tocó entrarle joven, porque mi padre, Alfonso Grajales Burguete, —que era un fregón en esto— murió antes de tiempo, cuando estaba en su mejor momento.
Desde entonces, traigo clavado el compromiso de no dejar morir este proyecto que soñaron don Gervasio y don Alfonso, que no solo eran periodistas, también eran idealistas necios. De esos que hoy hacen falta.
Hoy, los periódicos impresos son especies en extinción. Sobreviven unos cuantos, vendiendo pocos ejemplares y echando mano de lo que se pueda.
Nosotros tuvimos que evolucionar. Volvernos digitales. Enfrentar una ola de medios nuevos: algunos buenos, otros no tanto. Y competir contra chavos que traen mucha pila y, aunque a veces no usan puntos y comas, le entienden a los algoritmos mejor que yo a mi Remington vieja.
Y sí, hay que reconocerlo: vienen empujando fuerte. Tienen otra mirada, otra energía. Y eso está bien. El periodismo no debe estancarse. Debe renovarse sin perder el sentido. Porque el reto no es solo informar. Es hacerlo bien, hacerlo claro y con huevos.
Ahora todo es rápido, visual y directo. Si no pones una foto impactante y letras grandes nadie te lee. La gente quiere saber, pero que se lo digas en 15 segundos. Y, aun así, vale la pena seguir intentando.
Hoy, además de celebrar, doy gracias a quienes aún nos leen, a los que nos critican con razón (y también a los que no). A los que nos corrigen, nos empujan y nos dan chance de seguir, porque sin ustedes esto no tendría sentido.
Cada día, al terminar la edición —que ya no se imprime, pero igual da nervios—, apago la compu y me acuerdo de la frase con la que don Gervasio cerraba algunos de sus textos: “Nos miramos mañana otro uno”.
Una forma muy suya de decir que aquí seguimos, que no nos rendimos, que mientras tengamos dedos para teclear y cerebro para cuestionar, el Es! seguirá saliendo, aunque nos digan que el papel ya murió y que todo se vea gris.
Nos leemos pronto otro uno.
ESPINACAS
Por Popeye
Con pedal nació el Es!,
entre sueños y sudor;
hoy resiste entre pantallas…
pero guarda aquel olor.
¡Seco el elotazo…!