INE: no pasó nada… nomás fue un cochinero

INE: NO PASÓ NADA… NOMÁS FUE UN COCHINERO

Alfonso Grajales

Hoy, te tengo una joyita. El INE ya validó la elección judicial. Sí, esa donde aparecieron más acordeones que boletas, donde hubo casillas con más votos que electores, donde el cochinero fue tan grande que me hizo acordarme de las peores marranadas del PRI.

Pero ahí los tienes, bien firmes. Con seis votos a favor y cinco en contra, los consejeros del INE salieron a decir que la elección sí vale. Que no importa que hayan encontrado trampas, anomalías y cosas que huelen muy mal. Todo estuvo bien, según ellos. Un éxito, dijeron ¿En serio? 

A ver, vamos por partes.

Invalidaron 818 casillas por cosas raras: votos de más, paquetes “sospechosos”, casillas “zapato” –donde casi todos votaron por los mismos–, y sí, por la bendita aparición de los acordeones. Esos papelitos con nombres “sugeridos” que, casualmente, fueron los que ganaron en el 80 por ciento de los casos. ¡Órale!

Y uno diría: “Pues eso es trampa, ¿no?”. Pero no. Dicen que no hay pruebas suficientes para afirmar que eso afectó toda la elección. Que fue poquito. Que no fue “generalizado”. O sea, sí hubo trampa, pero tantita. Como decir que un posol está bueno, aunque tenga una cucaracha flotando.

El consejero Arturo Castillo fue uno de los pocos con tanates que sí se aventó a decir la verdad: que lo de los acordeones fue propaganda camuflajeada, y que eso sí afecta la equidad. Que los nombres en los papelitos coincidieron con los ganadores, y que eso no puede ser coincidencia. Pero, pues, ya sabes… su voz se perdió entre los “sí, todo bien” de los demás.

Y la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, salió indignada. Pero no por la trampa, sino porque alguien se atrevió a dudar de su “excelente” proceso. Dijo que no se puede poner en duda todo por 818 casillas, cuando hubo más de 80 mil ¡Imagínate nomás! 

El consejero Martín Faz se aventó otro dato que también encabrona: en casi la mitad de los estados del país, el acordeón ganó de punta a punta. ¡En serio! ¿Y todavía hay quien cree que eso fue casualidad?

Uuc-kib Espadas, que por lo menos tiene cara de que sí piensa, aceptó que lo de los acordeones fue influencia indebida. Pero que no es suficiente para anular toda la elección. Que sí molesta, pero no tanto como para tirar todo por la borda. Que no es como en el 88, cuando el sistema se cayó. Y sí, no se cayó… pero lo ensuciaron hasta que dio pena.

Y Dania Ravel, otra consejera, fue directa: que validar esta elección así, con todo y trampas, es decirle a los ciudadanos que pueden hacer marranadas y no va a pasar nada. Que se puede repetir en la siguiente elección y no habrá consecuencias. ¿Y sabes qué? Tiene toda la razón.

Porque una cosa es que no haya pruebas “jurídicas”, y otra es hacerte pijiji. Aquí hubo una estrategia para empujar a ciertos candidatos, con papelitos repartidos por todo el país, con nombres que como por arte de magia ganaron casi en todos lados. Eso no es democracia, eso es un montaje.

Pero el INE, en lugar de ponerse serio, prefirió decir que no pasó nada. Que todo está chido. Que fue una elección ejemplar ¡No manchen!

Validaron un cochinero, y lo maquillaron bonito. Como cuando te dicen que el carro es seminuevo, pero huele a cigarro y trae el motor parchado con cinta.

Ahora todo está en manos del Tribunal Electoral y de la Suprema Corte. A ver si ellos tienen los pantalones que al INE le faltaron.

Porque validar esto es validar la trampa. Y si eso pasa una vez, se vuelve costumbre.

Nos leemos pronto. 

ESPINACAS

Por Popeye

El INE, con voz segura,

avaló la cochinada:

si hubo trampa no es locura…

¡es práctica autorizada!

¡Seco el elotazo…!