¿Cuál elección? Si votaron menos que en una tanda

¿CUÁL ELECCIÓN? SI VOTARON MENOS QUE EN UNA TANDA

Alfonso Grajales

La famosa elección judicial que tanto cacareó el gobierno terminó siendo como las empanadas de la esquina de mi casa, sin relleno y nada de sabor. 

¿Dónde están los 30 millones de almas que –según Morena– le dieron el sí rotundo a Claudia Sheinbaum Pardo? 

Pues parece que se esfumaron, porque solo uno de cada diez mexicanos salió a votar. Sí, leíste bien: uno. El resto al parecer prefirió ir al súper, ver el fútbol o simplemente hacerse pijiji.

Y eso que era “histórica”, decían. ¡Híjole! Histórica por lo vacías que estuvieron las casillas. Con una participación del 13 por ciento, ni juntando a toda la familia, vecinos y al chucho llenaban una urna. 

¿Y así quieren que uno se crea el cuento de que el “pueblo sabio” estuvo detrás de esta elección? ¡No chinguen!

Lo más irónico es que Morena, ese partido que no se cansa de presumir sus 30 millones de votos, ahora guarda silencio como niño regañado. 

¿Qué pasó con esa base social tan fiel? ¿Se les olvidó votar? ¿O ya empezaron a abrir los ojos? Porque una cosa es jugársela por la justicia y otra tragar camote con cara de felicidad.

Como era de esperarse, Claudia Sheinbaum salió a decir que la jornada fue un éxito. Que votaron más que los panistas y priistas juntos. 

¡Tronco de logro! Es como decir que ganaste una carrera porque tu rival no se presentó. Lo que vimos fue un concurso de popularidad donde ni los candidatos sabían bien qué hacían ahí.

Y es que seamos serios; había de todo. Desde chavos recién salidos de la uni hasta personajes con más años que un nopal, algunos sin experiencia, otros con vínculos oscuros. Uno que otro hasta con antecedentes penales. Como si quisieran que el pueblo eligiera entre papas rancias y refrescos sin gas.

La oposición, claro, armó su pancho. Dijo que esto era un circo armado por el gobierno, que la “maña” tenía metidas las manos y que no había condiciones para una elección real. 

Y, mira, por una vez en la vida, no estuvieron tan mal. Porque cuando solo vota el 13 por ciento, eso no es democracia, es la mentada de madre más grande que los electores le hayan propinado a los morenos y su líder escondido en casa de la chingada en Palenque.

Analistas, politólogos y hasta economistas advirtieron en su momento que esta “elección” debilitará más al Poder Judicial, que los fallos se politizarán y que acabaremos chupando faros en temas de justicia. 

Afortunadamente el mensaje quedó claro. El pueblo, ese mismo que en 2018 y 2024 salió con todo, ahora se quedó en casa. 

¿Será que ya no les late el rumbo? Puede ser. Tal vez no lo digan en voz alta, pero con su silencio dijeron más que mil discursos de la mañanera.

Porque si el gobierno quería presumir esta elección como un paso hacia la democracia participativa, pues les cuento que les salió el chirrión por el palito. 

La verdad es que no se puede presumir un avance cuando ni tus más fieles seguidores te siguen el rollo.

Así que no, esto no fue un avance, fue un retroceso, como cambiarle la pintura a una carcacha y decir “ya traigo nave nueva”. 

¿Es el principio del fin del oficialismo? No lo sé. Pero sí fue una cachetada con guante blanco. Y de esas que duelen más porque ni te las esperas.

Nos leemos pronto.

ESPINACAS

Por Popeye

El pueblo sabio prefirió descansar,

vio tanta farsa y optó por no estar.

Prometieron justicia, pintaron progreso…

y el domingo votaron… los del retroceso.

¡Seco el elotazo…!