De la ciencia ficción a la realidad: muñecas robóticas con inteligencia conversacional

Lo que antes parecía exclusivo de películas futuristas hoy es una realidad en desarrollo: las muñecas hiperrealistas con inteligencia conversacional están cambiando la manera en que las personas interactúan con la tecnología, combinando robótica, sensores avanzados e inteligencia artificial. A continuación te contamos más de este atrapante tema.

Un concepto que dejó de ser ficción

Durante décadas, la idea de crear androides o muñecas capaces de hablar y responder parecía relegada a la ciencia ficción, o bien a modelos muy rudimentarios. Sin embargo, los avances recientes en inteligencia artificial y robótica han permitido que las realistic sex dolls pasen de ser figuras estáticas a convertirse en compañeras capaces de sostener conversaciones – y cada vez más – y adaptarse al usuario.

Los modelos más avanzados ya incluyen sistemas de movimiento motorizado para simular gestos faciales y movimientos de ojos, así como sensores táctiles distribuidos en el cuerpo que permiten detectar el contacto y reaccionar en consecuencia. Estos sensores no solo registran el toque, sino que en algunos casos pueden interpretar la presión y la duración del contacto, generando respuestas programadas o adaptativas.

El verdadero salto tecnológico estará  llegando con la integración de modelos de lenguaje natural, similares a ChatGPT, que permiten mantener conversaciones fluidas. Estas muñecas podrán comprender preguntas, responder de manera coherente y hasta recordar detalles personales del usuario para ofrecer una interacción cada vez más personalizada. Algunas incluso tienen la capacidad de ajustar su estilo de conversación según el estado de ánimo detectado a través del tono de voz o la expresión facial de quien interactúa con ellas.

¿Qué nos espera en el futuro?

Los desarrolladores ya trabajan en incorporar sensores biométricos aún más sofisticados a las sex doll realistas de silicona, capaces de medir el ritmo cardíaco, la temperatura corporal y cambios sutiles en la expresión facial para adaptar el comportamiento de la muñeca en tiempo real. Además, se espera que futuras versiones sean capaces de aprender de cada interacción, mejorando su capacidad de respuesta y creando una experiencia cada vez más realista. También , aunque suene algo terrorífico o escalofriante, , se podrán solicitar diseños personalizados de una persona específica, con su voz real (enviandole una demo de voz a los fabricantes) e inclusive instaurandole recuerdos reales o falsos, finalmente lo que los consumidores quieran de ese persona, objeto o como te parezca llamarse?

Más allá de la tecnología, esta evolución plantea nuevas preguntas sociales y éticas. ¿Hasta qué punto se establecerán vínculos emocionales con entidades no humanas? ¿Cómo afectará esto a las relaciones interpersonales tradicionales? Podrán tener sentimientos una muñeca o muñeco, y sentirse que tiene vida propia, como un Pinocho moderno. Aunque las respuestas aún no son claras, lo cierto es que la frontera entre tecnología y compañía humana se está desdibujando rápidamente.