MORENA SE REGAÑA SOLITO, PERO NO CAMBIA NADA
Alfonso Grajales
Qué chulada eso de ver a Morena dándose consejos a sí mismo, como papá que regaña al chamaco con el cinturón en la mano mientras le pasa un chocolate por debajo de la mesa.
El domingo, el partido en el poder —el de los principios inquebrantables— organizó una reunión para decirse lo que todos ya sabemos: que tienen un tiradero adentro, que hay compadrazgos, que los espectaculares no se pagan solos, que muchos andan bien pegaditos al narco y que han perdido el rumbo que tanto presumían.
Y como ahora la moda es hacer política con cartitas, la presidenta Sheinbaum mandó la suya para pedir que no se desvíen del camino. Que no haya nepotismo, ni vida de lujos, ni campañas millonarias, ni arreglos con el crimen organizado. Que todo sea limpio y bonito.
Luisa María Alcalde, la presidenta del partido, salió a decir que el mensaje “no tenía dedicatoria para nadie”. Pero eso no se lo cree ni el que pone las sillas en el mitin.
¿A poco no suena a jalón de orejas para los que ya andan apuntados pa’l 2027 con toda la familia detrás, el yerno como asesor y los cuates en nómina?

También dijeron que no habrá reelección para cargos públicos y que todo se va a decidir por encuestas limpias. Ajá, como las que nadie ve, las que solo ganan los cercanos, las que ya traen nombre antes de imprimir la pregunta.
Y, por si fuera poco, sacaron el tema del narco, pero como si apenas lo descubrieran. Como si no supieran que en más de un estado los candidatos se registran con el visto bueno del crimen.
Claro, ahora sí están muy preocupados… nomás porque viene la elección judicial y ya hasta Fernández Noroña aceptó que hay candidatos manchados.
Pero eso sí, bien aplicados con las buenas intenciones. ¿Y los hechos? Esos se quedan guardados en el cajón, al lado de la transparencia y la decencia.
Lo más irónico es que se dan estos baños de pureza mientras callan ante los desfalcos, la compra de conciencias, los gobernadores con cola larga y los regidores que no saben ni leer, pero ya andan repartiendo becas que ni ellos pagan.
Y mientras tanto, la carta de Sheinbaum, que tanto mencionan, sigue guardada. Que porque es privada, que porque no hace falta publicarla. Fíjate qué suave, ¿no? Prometer transparencia con papeles escondidos.
Dicen que Morena “reflexionó”. Pero reflexionar sin corregir es como decir que vas al gimnasio mientras sigues tragando garnachas.
Lo peor es que el pueblo, ese que los llevó al poder con esperanza, sigue esperando que algo cambie. Pero Morena ya entendió cómo funciona el jueguito: simulas que te limpias por dentro, y afuera sigues llenándote de los mismos de siempre.
Porque en este partido ya no se trata de transformar al país, sino de quedarse con el botín. Y con discursos bonitos quieren hacernos creer que están haciendo lo correcto.
Pues no, compitas, los ciudadanos no somos tontos y sabemos cuándo nos quieren ver la cara.
A este paso, Morena va a acabar siendo todo lo que juró destruir, pero con logotipo nuevo y aplausos comprados.
Nos leemos pronto.
ESPINACAS
Por Popeye
Morena se da consejos de ocasión,
se regaña solo… ¡qué simulación!
Promete cambiar, con cara de santo,
pero bajo la mesa sigue el mismo cuento.
¡Seco el elotazo…!