Taxis vs. plataformas digitales: ¿qué prefieren los usuarios?

PALABRAS CLARAS

Silvano Bautista

TAXIS VS. PLATAFORMAS DIGITALES: ¿QUÉ PREFIEREN LOS USUARIOS?

El peor enemigo de un taxista es el propio taxista. Abordar un taxi en la capital chiapaneca como en muchas otras ciudades del país resulta en muchos casos una experiencia totalmente desagradable choferes: desaliñados, mal vestidos, malhumorados, groseros y poco corteses es la característica de estos operadores.

Sin embargo, la principal queja de los usuarios son las elevadas tarifas que aplica por lo que un 80% de los usuarios esté prefiriendo el servicio de las aplicaciones que ofrecen seguridad ya que se envía fotografía del conductor, tipo de vehículo, así como las placas del mismo, además de quedar registrado en una plataforma el recorrido del pasajero, quizá por ello 8 o 9 de cada 10 personas prefieren utilizar las plataformas de transporte para salir o dirigirse a su destino. Las principales razones de esta predilección tienen que ver con que consideran que el servicio que se presta por medio de las aplicaciones como DiDi, Uber o Cabify es más eficiente, económico, rápido, seguro y confiable.

Desde septiembre del 2016 se dieron las primeras manifestaciones de taxistas en contra del ingreso a capital chiapaneca del servicio de estas aplicaciones, sin embargo, nada hicieron para mejorar el servicio y siguieron prestando el servicio con las características arriba mencionadas. No hicieron nada y ahora lloran.

El principal argumento contra Uber y DIDID es la competencia desleal hacia los taxistas de un servicio que en muchos países no ha sido formalmente regulado. Esto es exacerbado por la calidad servicio y el precio de estas aplicaciones, que han convertido al servicio en una alternativa atractiva a los taxis tradicionales, llevando a muchos clientes a preferirlo.

Esta preferencia de usuarios por el servicio de aplicaciones ha disminuido el negocio de los taxistas tradicionales, así como el de los grandes propietarios de compañías de taxi, quienes han operado de forma principalmente oligopólica. La exposición limitada a la competencia ha reducido la capacidad de innovación de estas empresas tradicionales, haciéndolas menos competitivas ante el cambio tecnológico que estas aplicaciones introducen en el sector del transporte personal.​

Algunas observaciones: Los de plataforma o APP, por buenos que sean, en sus unidades y costos, no te brindan la seguridad necesaria como pasajero. Lo digo en esos términos, ante las condiciones de inseguridad que hay actualmente. Han sucedido casos en la CDMX, que secuestran a las mujeres y a los hombres. Les cobran de más, muchas mujeres han quedado tiradas en zonas inhóspita de la gran urbe… en fin.

Los concesionados, muestran un número de folio y placas de la unidad, un tarjetón.  Pese a ello las mujeres no se salvan de ser acosadas y no se diga aquellos que clonan taxis para robar viviendas. Por otro lado, cobran a diestra y siniestra el banderazo o pasaje, sobre todo en diciembre y no le bajan pese a no estar autorizado.

Los servicios de Uber y DIDI, son piratas, una plataforma no lo vuelve legal. Solo exhiben sus placas, no sabemos quién conduce. Sobre todo, si es la persona que exhibe la plataforma. ¿Si cometen un delito como se va sancionar y quien le va cancelar el servicio? Nadie. Por ello, la Secretaría de Movilidad y Transporte, debe poner orden. Elevar a rango legal los modelos de unidades que prestan el servicio público.