Elecciones (violentas) en Chiapas

Palabas Claras

Silvano Bautista Ibarias

ELECCIONES (VIOLENTAS) EN CHIAPAS

Este domingo 7 de enero inició formal y oficialmente el proceso electoral local. Sin embargo, se cierne sobre estas elecciones el fantasma de la violencia que azota desde ya a prácticamente todo el país donde varios aspirantes a puestos de elección han sido asesinados. Y Chiapas lamentablemente no es la excepción. 

El panorama en la entidad no es nada halagador para el desarrollo de las elecciones. Comunidades enteras desplazadas por la violencia que genera el crimen organizado en municipios como Frontera Comalapa, Siltepec, Mazapa de Madero, Motozintla, y otros de la zona sierra y en la zona selva dan constancia de ello. 

En los primeros días, tres precandidatos de la oposición fueron asesinados en Morelos, Colima y Chiapas. En la entidad se trata de David Rey González, aspirante a la alcaldía de Suchiate, por el Frente Amplio por México. Era dirigente de la Unión de Ejidos de Suchiate. De acuerdo con los primeros reportes de las autoridades del estado, fue atacado por hombres armados cuando viajaba a bordo de una motocicleta cerca de la frontera con Guatemala. Según el parte de las autoridades, los agresores acertaron al menos cuatro disparos con un arma nueve milímetros en el cuerpo del aspirante a la alcaldía de Suchiate.

El asesinato de este precandidato apenas valió la emisión de un escueto comunicado de prensa firmado por las dirigencias estatales del PRI, PAN y PRD, condenando el crimen. 

“No podemos permitir que la delincuencia enturbie nuevamente un proceso electoral y tome de rehén a la democracia de nuestro país”, sentenció el tricolor e hizo un llamado para que se investigue el crimen y se castigue a los responsables.

De acuerdo con expertos, rumbo a las elecciones más grandes en la historia de México, la violencia criminal aumentará y se recrudecerá contra candidatos y sus equipos de campaña, pues el crimen organizado, coludido con políticos y profundamente inmerso en los estados, tratará de mantener o crear nuevas alianzas.

Analistas políticos e investigadores afirman que los grupos delincuenciales, a través de la imposición de su autoridad, ya influyen en la vida pública de las entidades al bajar, subir o conservar en el poder a esferas aliadas que facilitan la expansión de sus actividades.

Según un estudio denominado “Votar entre balas” revelan que desde 2018 hasta lo que va de 2024, en el país se registraron mil 546 ataques de violencia criminal dirigidos contra candidatos o personas relacionadas con sus aspiraciones, entre los que se enumeran amenazas, asesinatos, ataques armados, atentados, desapariciones y secuestros. 

De acuerdo con Fernando Dworak Camargo, experto en política “el máximo despliegue de fuerzas de seguridad no es sinónimo de que estas vayan a ser operativas, sólo demuestran que se está vigilando el proceso, pero lo que necesitamos es abrir ese debate para que se les proporcione seguridad a todos los cargos públicos y no sólo a las candidatas presidenciales, como se ha hecho al proponerles seguridad militar”.

Por su parte, el analista político José Antonio Crespo dice que las consecuencias habituales de esos crímenes son que los candidatos abandonen sus intenciones al encontrarse bajo riesgo y que sean orillados a pactar con la delincuencia: “El crimen organizado tiene vínculos con policías, autoridades municipales o federales que podrían estar en el juego, no ejerciendo la violencia directamente, pero sí en complicidades políticas de narco y gobierno, y su tarea consta de cuál candidato consideran que va a jugar con ellos, cuál escogen e intimidar a quien no le entre”, expone el articulista.

Asevera que la población votante no se ve afectada por la violencia criminal, pero sí podrían inhibirse o inclinar sus intenciones de voto a otro partido de su preferencia. Ante este escenario, el reto para la jornada electoral del próximo 2 de junio, donde se elegirán 19 mil 634 cargos, es garantizar la seguridad para los candidatos y sus equipos, pues el inmenso despliegue de elementos de seguridad no es sinónimo de su funcionamiento.