La fragilidad del Frente Amplio por México

PALABRAS CLARAS

Silvano Bautista Ibarias

La fragilidad del Frente Amplio por México

El Frente Amplio por México es un mazapán frágil por donde quiera que se le vea. Ante la embestida que enfrenta desde ya ante una clara operación de Estado por parte del gobierno federal y Morena para llevar a la Presidencia de la República a su “corcholata”, Claudia Sheinbaum, la oposición permanece aún pasmada.  Sus líderes nacionales parecen más preocupados por el reparto de los espacios de poder en la Cámara de diputados y el Senado, mientras, da la impresión de que a Xóchilt Gálvez la han dejado sola y a su suerte a los lobos.

La parte oficial ha puesto en marcha la narrativa de las encuestas que ubican a su candidata a la delantera para generar en la percepción pública de que ya está ganado para ellos, y todo perdido para la oposición. Esta, ha tenido una respuesta tibia.

Y es que los focos rojos ya se han prendido al interior del FAM, y es más grave de lo que parece, aunque muchos aun no lo aprecian, y mantienen el argumento de que ella, Xóchilt Gálvez puede sola sin el apoyo de los partidos, yéndose por su propia cuenta con la sociedad civil. Nada más falso, porque de una u otra forma los partidos tienen estructuras y estrategias partidistas electorales para ganar votos, que un ciudadano común desconoce.  

Ambas partes, partidos y sociedad deben caminar juntos para hacer frente y tener un mejor desempeño el próximo año ante lo que se avizora desde ya, una clara elección del Estado, en cual como señalan muchos analistas, es más que la Presidencia de la República lo que está en juego, sino un proyecto de continuidad ideológica y que en estos cinco años ha significado para el país un retroceso en muchos rubros.

De no hacerse los ajustes necesarios y a tiempo, el FAM le estaría allanando el camino y hacerle aún más fácil el triunfo al partido oficial, cuya candidata hasta el momento cabalga en caballo de hacienda, es decir, sin problema alguno, pese a tener una personalidad grisácea que no logra permear de manera eficiente en el ánimo ciudadano, más allá de la masa clientelar que suponen la militancia de Morena anclada a los programas clientelares de asistencialismo social, que tanto criticaban en años atrás de los gobiernos priístas.

Está por demás mencionar la languidez en que se encuentran los tres partidos del FAM. El PRI y el PRD parecieran estar aferrándose a la política y que en esta elección si no se aplican se les escapará el último aliento de vida pues corren el riesgo de perder su registro y desaparecer. Incluso el PAN, el partido menos débil no está en su mejor momento. 

Sus líderes nacionales, los tres arrastran una larga serie de cuestionamientos de toda índole, a tal grado que varias voces han propuestos que estos no figuren en los actos de campaña de la abanderada del FAM y han sido obligados por las circunstancias a aceptar que grupos sociales les impongan condiciones, algo que no les gusta.

A pesar de ser partidos maltrechos, apuestan a ganarle a la colosal maquinaria gubernamental llamada Morena y que escatima, ni lo hará a futuro para imponer a su candidata y con ello dar continuidad a un proyecto a todas luces transexenal. A ello, hay que tomar en cuenta a las organizaciones de la sociedad civil que, si bien han tenido una participación activa y decidida en acciones como la defensa del INE y la Suprema Corte, no muestran la misma fortaleza cuando se trata de situaciones claves como lo fue la elección en el Estado de México. 

Por todo ello, es increíble que fuerzas políticas tan disímbolas como estos tres partidos aún se mantengan en pie, débiles y resquebrajados, frágiles, pero los mantiene unidos la necesidad de supervivencia que difícilmente están dispuestos a perder y que los obliga a mantener un dialogo aun entre diferentes.